Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Yo no pensé que tuviera que reconocer un logro de algún gobierno morenista, pero debo admitir que el Secretario de Seguridad Pública Federal Omar García Harfuch al implementar el Operativo Enjambre, logró en las primeras acciones, la detención de siete servidores públicos que colaboraban con el narcotráfico, ya facilitando la acción de los criminales, ya vendiendo al través de cuadrillas de dealers, la droga de los capos.
Cayeron en un primer intento María Elena N, alcaldesa de Amanalco; Rodolfo N, director operativo de seguridad y prevención ciudadana de Ixtapaluca; Eraclio N, director de seguridad de Tejupilco, Omar N, director de seguridad ciudadana de Naucalpan, Manuel Alejandro N, director de seguridad pública de Amanalco; Ellery Guadalupe N, director del DIF de Tonatico y Roberto N, jefe de región de la dirección de seguridad de Ixtapaluca.
Hubo otro detenido, Isidro Cortés, jefe de la policía municipal de Texcatitlán, pero este sujeto decidió quitarse la vida antes de ser arrestado para lo que usó su propia arma de cargo reconociendo así su participación como facilitador del crimen organizado.
Eso se llama atacar las causas, porque quienes les facilitan a los narcotraficantes su actuar, son justamente servidores públicos que son pagados con dinero del erario y se supone que debieran ser ellos los que tienen la obligación de defendernos y procurarnos seguridad a los ciudadanos. Obvio es que todos los involucrados en hechos ilícitos, son morenistas.
Es mucho más efectivo atacar el cáncer de la corrupción dentro de las organizaciones policiales y de seguridad, que regalarle una beca a los NINIS de 3 mil pesos para que no se adhieran a las filas del narcotráfico, porque el crimen organizado les paga más y con el pago del gobierno muchos de ellos cobran doble.
Así que un aplauso a Omar García Harfuch que ya anunció una limpia de servidores públicos en todo el país y Oaxaca que ha sufrido una ola excepcional de violencia, no será la excepción, sino un objetivo prioritario puesto que aquí atraviesa el tren interoceánico que es una obra prioritaria del gobierno de la presidente (con E) Claudia Sheinbaum.
Vamos a tener en los municipios de nuestro estado, sobre todo en el Istmo, la Cuenca, la Costa y los Valles centrales a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, a la los de la Secretaría de Marina Armada de México, a la Fiscalía General de la República y claro, a la de Oaxaca, por eso más de un presidente municipal ya tiene los dedos entumidos.
Sobre todo en el Istmo de Tehuantepec, donde presumiblemente hay un senador que no sólo colabora con el crimen organizado, sino él mismo es líder de un grupo que se dedica al huachicoleo y a quién no hace mucho, detuvieron a su secretario particular con armas, dinero en efectivo y bidones de gasolina producto del hurto. Nino Morales debe estar algo nervioso, aunque tiene fuero.
Otro que debe poner sus barbas a remojar, es el director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) Emilio Montero que, dicen, tiene trabajando a delincuentes en esa dependencia crucial en la educación de Oaxaca y donde existen 866 mil 186 alumnos, posibles objetivos de los carteles.
De los hermanos del “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas, Noé y Amador pues ni hablar, esos deberían ser objetivo primordial de las fuerzas de seguridad del país, porque la violencia en Oaxaca no es una coincidencia, sino una lucha de poder y hay quienes relacionan a esos sujetos con lo más oscuro que hay detrás, incluso desde sindicatos de transportistas que también deberían ser objetivo del Operativo Enjambre.
No por algo, la lista de impopularidad de los gobernantes en México, coloca al anodino Salomón Jara solo un puesto arriba del capo de Sinaloa Rubén Rocha Moya, en el número 29 de la evaluación con apenas un 12.5 por ciento de aprobación. Estamos a solo tres lugares del último y eso se nota en la falta de gobernanza, en la escasa obra pública, en las deficiencias en el sector salud, en las carreteras intransitables, las calles llenas de baches, los robos a comercios y los asesinatos a mansalva y a plena luz del día, además de un aumento exponencial de la actividad delictiva.
Es un secreto a voces que no solamente presidentes municipales, sino hasta funcionarios públicos de esta administración, tienen nexos con el crimen organizado, así que bienvenido el Operativo Enjambre en una de esas, hasta dentro del propio gabinete habrá detenidos.
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