Francisco Alejandro Leyva Aguilar

La diputada federal por el Partido del Trabajo (PT) Margarita García puso el dedo en la llaga respecto de la galopante corrupción en la primavera a la oaxaqueña orquestada presuntamente por el “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas, el anodino Salomón Jara Cruz.

La petista llevó hasta el Congreso Federal lo que en Oaxaca es ya un escándalo. Margarita García le dijo a sus compañeros que, no importando que el “gobernador” fuese de Morena, debían revisar la corrupción que impera en el gobierno del estado y desde la Auditoría Superior de Fiscalización del Estado (ASFE) que dirige Sarahí Noriega Ricárdez, una funcionaria propuesta por Salomón Jara.

Resulta que el esposo de esta señora, un fulano llamado Jorge Gandarillas, es el dueño de una empresa de asesoría legal para municipios y al través de su esposa, la titular la ASFE, obliga a los presidentes municipales, no solo a contratar a los contadores, sino también a adjudicar obras a empresas afines a Gandarillas que casi siempre son las mismas y tienen un mismo domicilio fiscal.

La obra pública ejecutada por el estado, es casi propiedad del hijo de Salomón Jara de nombre Shabin, al que en el argot de la corrupción se le conoce ya como el “twenty percent”, porque el hijo del gobernador en la Secretaría de las Infraestructura (SINFRA) donde despacha el florero Netzahualcóyotl Salvatierra, no se conforma con el 10%.

En cambio el asunto de la obra pública en los municipios gobernados por Morena, ahí los que se reparten el pastel, son los hermanos del “gobernador” Noé y Amador, al través del facturero Jorge Gandarillas que tiene su despacho por allá en el sur de la Ciudad en Trinidad de las Huertas.

Jorge Gandarillas, amenaza a los presidentes municipales con “revisar” la cuenta pública y cita a las autoridades para que, si quieren estar limpios ante la ASFE, entonces coloquen a los tesoreros que ellos les mandan y a los directores de obra para que ellos contraten y paguen a las empresas enviadas por Gandarillas… es decir, se agandallan bien.

Ayer circuló en las redes sociales, un comunicado que emitieron varios presidentes municipales de la Costa, el Istmo, la Cuenca del Papaloapam, Valles Centrales y y la Mixteca, dirigido a la Presidente (con E) Claudia Sheinbaum, al Gobernador Salomón Jara, a la presidente de Morena Luisa María Alcalde, a la Fiscalía General de la República y a la del Estado, denunciando al matrimonio Gandarillas-Noriega.

El comunicado dice: “Denunciamos ante el gobierno del estado y nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, al señor Jorge Gandarillas, quien nos pone en contacto con a señora Sarahí Noriega Ricárdez, Micaela Guzmán Jiménez y Martín gamboa Guzmán para administrar y, como ellos le llaman, “limpiar” los gastos de nuestros municipios”.

“Lo que está sucediendo nos preocupa mucho, porque recién estuvimos en la asamblea estatal de Morena con la presidenta Luisa María Alcalde donde se firmó el compromiso de cumplir el decálogo para autoridades emanadas de Morena, donde establece además de otros postulados, que la corrupción, no se tolera, que debe ser castigada, porque no hay cabida a nepotismo, amiguismos, influyentísimos, sectarismos ni aviadores”.

La interpretación que le dan los presidentes municipales a la extorsión de que son objeto por parte de funcionarios propuestos por el propio Salomón Jara como Sarahí Noriega Ricárdez, es que en el gobierno hay una galopante corrupción en la que están involucrados los hermanos del gobernador y funcionarios afines. Es claro además el conflicto de intereses entre Sarahí Ricárdez y Jorge Gandarillas que los une un vínculo matrimonial que debe ser denunciado tanto a la Fiscalía estatal, como a la federal porque están lavando dinero del erario.

Y no es posible que el anodino “gobernador”, no se haya dado cuenta de esta situación, si el mismo Salomón Jara fue denunciado siendo senador de la república, que operaba exactamente igual que Jorge Gandarillas, porque él colocaba a los tesoreros de los municipios de Morena y a los directores de obras para luego mandarle a los constructores que presuntamente se mochaban con el entonces senador.

Eso es abuso de poder y bien lo sabe el anodino, el problema es que son tan brutos, que no saben esconder sus corruptelas y ya todo Oaxaca está enterado de que, para ser contratista, se debe estar bien con Jorge Gandarillas o con Shabín Jara Bolaños.

La ASFE no va a hacer absolutamente nada porque es juez y parte, por eso el llamado es a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y a la Fiscalía General de la República (FGR) para que investigue y castigue estos hechos lamentables de desvío de recursos y fraude en Oaxaca.

Acuérdense que Salomón Jara no trabajó para Morena en estas elecciones sino para el Verde Ecologista y eso aun no tiene contenta a la presidente (con E) Claudia Sheinbaum.

@leyvaguilar
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