Por Cipriano Miraflores

La historia de los regimenes políticos en el mundo y en nuestro país es la dicotomía entre centralización y descentralización. Se ha llegado a la conclusión que para optar por una de ellas dependerá de la naturaleza de la sociedad imperante, no depende de los caprichos de la clase gobernante sino del futuro que queremos.

Por ejemplo, el Siglo XIX en nuestro país fue caótico, no teníamos un gobierno nacional, los gobernadores eran los caciques de cada región, Juárez y Porfirio Díaz lograron la creación del Estado Nacional. La Revolución vino a concentrar más el poder político y administrativo que por 1982 comenzamos un proceso de descentralización más poder a municipios y a los Estados y quitarle cierto poder al poderoso Presidente mediante los órganos autónomos.

La descentralización se entendió como un proceso de democratización de México. Sin embargo, en 2018 llega al poder político un grupo político encabezado por Andrés Manuel López Obrador con un pensamiento centralizador, otra vez un poderoso Presidente, una gran administración más burocrática, más concentración del presupuesto en detrimento de comunidades, municipios y Estados.

Sabía usted que en Oaxaca existen comunidades de más de mil habitantes con un presupuesto de 5 mil pesos, pues si, una desgracia.

Los Morenos lo habrán pensado bien? O es puro capricho de AMLO? Desde luego, este proceso de centralización generará sus contradicciones que explotarán pronto. Jalisco y Nuevo León ya expresaron sus ideas de descentralización.

Tampoco hay que olvidar que existen 72 naciones Primeras y el pueblo afromexicano que no tienen un presupuesto específico y reciben lo que la buena voluntad de un burócrata decida. La lucha de libre determinación y autonomía va en sentido también de tener un presupuesto específico para cada pueblo.

Así las cosas, ayer me fuí a poner mis vacunas de influenza, COVID y tétanos.

Vaya usted, la verdadera acción de salud es la prevención y no la cura. La educación
para la salud es la clave.

En vía de mientras sea usted rabiosamente feliz.
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