Por: Fernando Cruz López.
A casi dos años de haber asumido la gubernatura de Oaxaca, Salomón Jara Cruz presento ante miles de Istmeños, en Juchitán de Zaragoza, su Segundo Informe de Gobierno en un momento crucial para la historia del estado, promediando una transformación que, según sus palabras, ha sido tanto profunda como significativa.
En un discurso ante miles de ciudadanos en el Istmo de Tehuantepec, Jara Cruz ha delineado un panorama donde la recuperación de la gobernabilidad, la transparencia en el manejo de los recursos públicos y el compromiso social son protagonistas indiscutibles.
Desde el inicio de su administración, Jara Cruz ha enfatizado el concepto del poder público como un instrumento al servicio del pueblo, un mensaje que resuena con las expectativas de cambio que muchos oaxaqueños estaban ansiosos por ver. La cifra de 34 conflictos agrarios resueltos y la notable disminución de bloqueos viales y tomas de casetas reflejan un avance en la estabilización social que es digno de mención. La gobernabilidad es, sin duda, un pilar esencial para cualquier administración; sin embargo, es fundamental evaluar si estas medidas son sostenibles en el tiempo y no solo respuestas temporales a problemas estructurales.
El informe destaca logros en diversas áreas, incluyendo el combate a la corrupción, donde se han auditado 20 dependencias de la administración anterior, recuperando recursos multimillonarios. En un estado donde la corrupción ha sido una maldición persistente, este esfuerzo es crucial. No obstante, es imperativo que estas acciones no se queden en cifras, sino que den paso a una cultura de rendición de cuentas y transparencia que perdure más allá de esta administración.
Además, el énfasis en la inversión en infraestructura, seguridad y educación, así como en programas de apoyo a la agricultura y las comunidades indígenas, son pasos importantes hacia un Oaxaca más inclusivo. La inversión en caminos y en el Sistema de Transporte Urbano muestra una clara intención de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y de reactivar la economía. Sin embargo, el verdadero impacto de estas acciones debe ser observado a largo plazo y en la experiencia cotidiana de la sociedad oaxaqueña.
El compromiso con el desarrollo sostenible y la recuperación de espacios públicos, así como la promoción de la cultura y el turismo, son elementos que deberían contribuir a una Oaxaca próspera y a la vez resiliente. La amplia variedad de eventos culturales y talleres mencionados transmiten una sensación de vida comunitaria vibrante, que debe ser apoyada y amplificada para fortalecer la identidad y el tejido social de la región.
Sin embargo, es crucial recordar que el camino hacia una transformación real está lleno de desafíos. La inconformidad de algunos sectores de la población ante la inseguridad persistente, así como la desconfianza histórica hacia las instituciones, son barreras que deben ser superadas. La voluntad de escuchar y dialogar con todos los segmentos de la sociedad será un factor determinante en el éxito de los esfuerzos del gobierno estatal.
A medida que Salomón Jara enfrenta la recta final de su segundo año de gobierno, su tarea será mantener el impulso de la “Primavera Oaxaqueña”, asegurando que no solo se establezcan políticas transitorias, sino que se construyan las estructuras necesarias para un verdadero desarrollo sostenible, justo y equitativo. La mirada debe ser hacia adelante, pero sin olvidar las lecciones del pasado. La historia de Oaxaca continúa escribiéndose, y el reto es que cada nuevo capítulo sea uno de verdadero progreso y transformación para todos sus habitantes…Sígame en X como @Visionpolitica7