Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Dice el tumbaburros que FORTUITO quiere decir “hecho que sucede inopinada y casualmente”, es decir es un hecho accidental e improvisto. Luego entonces su antónimo sería DELIBERADO o INTENCIONADO.
Traigo a colación la definición de FORTUITO, por las calamitosas declaraciones del inservible secretario de gobierno de Oaxaca Jesús Romero que, para justificar la nula seguridad que hay en nuestro estado y su ineficiencia, dijo que el atentado a Marcos Sánchez, líder transportista en conocido restaurante del norte de la ciudad, “fue un hecho asilado, eventual y fortuito”.
Seguramente los 6 ejecutados del jueves por la noche, los 3 calcinados que encontraron el viernes pasado dentro de un automóvil en Etla, el hallazgo del cuerpo de Isidro N, alias “Chidra” en un predio baldío de la colonia Infonavit Zapandú en Juchitán de Zaragoza, el embolsado que encontraron este sábado cerca de San Lorenzo Cacaotepec, los 2 asesinados en Xoxo, el ejecutado en Salina Cruz y el de Matías Romero también este sábado, para el cretino secretario de gobierno Jesús Romero López, fueron hechos FORTUITOS.
Llevamos 86 ejecuciones violentas en Oaxaca en es escaso mes de gobierno de Claudia Sheinbaum y el gobernador solo atina a inaugurar un parque recreativo en un terreno en litigio y fallando penales, en una triste imagen, mientras para su secretario den gobierno, ninguno de los asesinatos, fueron hechos planeados o premeditados.
Por ello, para el muy estulto secretario de gobierno de la peor administración que hayamos tenido en Oaxaca, los casi 30 homicidios que han ocurrido en un mes -entre ellos 8 mujeres, sin contar a Sandra Domínguez que aun no aparece-, no tienen importancia puesto que Oaxaca es, para él, el quinto estado más seguro de México.
Con todo y lo que está pasando en Oaxaca, Jesús Romero López asegura que “no va a permitir que la violencia se generalice” y yo me pregunto ¿cómo le va a hacer si en Oaxaca no existe la cantidad mínima necesaria de policías por cada 100 mil habitantes y, los que tienen no están capacitados, ni armados para hacerle frente a la delincuencia, esta sí organizada y armada?.
Le voy a dar aquí unos datos al -ese sí fortuito- secretario de gobierno, porque seguramente su designación al frente de la política interna del estado, fue un hecho aislado, fortuito, una ocurrencia de la única neurona que tiene Salomón Jara en el cráneo.
El anodino “gobernador” del estado, así en minúsculas y entre comillas, dijo en su conferencia del lunes que bajaría el índice delictivo en todo el estado en un 50 por ciento, no dijo cómo pero sostuvo que lo hará y habrá que preguntarse ¿qué están haciendo los cuerpos de seguridad al respecto?
Mis contactos dentro de las policías me han dicho que “es imposible bajar los índices delictivos, porque los mandos policiales y por instrucciones el anodino, solo autorizan 30 litros de gasolina el lunes y 30 el jueves. 60 litros para camionetas en su mayoría 8 cilindros que rinden un promedio de 5.5 kilómetros por litro, ya que son viejas y sin mantenimiento.
Los sábados, los directivos autorizan 15 litros para un servicio de 24 horas y todo ello en vehículos mostrencos que no pasarían una verificación vehicular, con alteración de números de motor y en muchos casos los agentes tienen que pagar de su bolsa, litros de aceite para que esas unidades no terminen desniveladas.
Y por si fuera poco, me dicen algunos agentes, el coordinador de la Agencia Estatal de Investigaciones, utiliza los efectivos y los vehículos para brindar servicios de seguridad a particulares, específicamente en una rancho que está en litigio en Tlalixtac de Cabrera de un tipo de esos influyentes que se quieren quedar con unas hectáreas. El asunto es que ese predio no está asegurado por la AEI, solo lo cuidan porque de ahí es de donde se robaron unos caballos que después fueron a aparecer en Tuxtepec.
Un dato más que me piden los agentes que exponga en esta columna. Me piden que le avise al mequetrefe secretario de gobierno, que se de una vuelta como a las 9 de la mañana en la gasolinera del aeropuerto, para que se de cuenta que las únicas unidades que se llenan hasta el tope, son las del Fiscal Bernardo Rodríguez Alamilla, sus secretarias particulares y los secretarios del coordinador, luego siguen la tropa a la que solo le dan 30 litros.
Así ¿cómo bajarle a la delincuencia?, hacerlo en esas condiciones sería una SERENDIPIA del gobierno, es decir algo fortuito. Le dejo de tarea al muy limitado secretario de gobierno, que busque en el diccionario las palabras que no entienda en esta columna.
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