Por Cipriano Miraflores

En México, desde la Revolución, surgieron dos modelos de izquierda.

La izquierda que tiene su raíz en el pensamiento de Marx y Lenin, muy marginal, y la izquierda de la Revolución llamada del nacionalismo revolucionario, que gobierna a México, con matices, hasta el año 2000.

El desprendimiento del Partido de la Revolución del Nacionalismo Revolucionario a fines del siglo pasado y de su unión con la izquierda marxista, por lo que nace una izquierda nacionalista, social y estatista.

El Partido de la Revolución se vacía de todo pensamiento de izquierda y se convierte en instrumento a las órdenes del Presidente.

La Unión de la izquierda del nacionalismo revolucionario y la izquierda marxista sale fortalecida y comienza su historia en búsqueda del poder político, en especial la presidencia de la República.

Su primer Presidente fue una persona representante del nacionalismo revolucionario, es decir, AMLO. Su segundo Presidente es representado por una mujer, cuyo origen es esa izquierda marxista.

Sin embargo, su subordinación al jefe del nacionalismo revolucionario le impide expresar en su esplendor, un proyecto de izquierda para México. Además, su gabinete es una representación del Nacionalismo Revolucionario, así como sus gobernadores, senadores y diputados.

Claudia Sheinbaun está arropada, en los cuatro costados, por la izquierda de la Revolución . Para muchos esto es bueno, porque ella es de la línea dura del materialismo, intransigente, poco tolerante, poco democrática.

Yo creo que sí logra enviar al Peje realmente a la Chingada, aparecerá la verdadera Claudia, a quien no le ha importado los medios con tal de tener todo el poder en sus manos.

Así las cosas, más vale que no se muera cabecita de algodón, porque nos irá como en feria. Conoceremos la tiranía en su esplendor.
En vía de mientras sean rabiosamente felices.
Nha xasgsho bhshe

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