Por: Fernando Cruz López.
Ya estamos a tan solo unas cuantas horas para que México sea gobernado por la primera mujer en su historia, si bien es cierto que Claudia Sheinbaum ha prometido dar continuidad a muchas de las políticas implementadas por López Obrador, también tiene la oportunidad de corregir todos los errores y desaciertos cometidos por el tabasqueño.
Uno de los principales desafíos que enfrentará Sheinbaum será resistir la tentación de debilitar aún más las instituciones democráticas del país. A diferencia de AMLO, quien buscó concentrar el poder en el ejecutivo y socavar la independencia de organismos autónomos, Sheinbaum debería trabajar para fortalecer el sistema de contrapesos y la separación de poderes.
Como científica de formación, Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de implementar políticas basadas en evidencia y datos concretos, en lugar de guiarse únicamente por ideología o intuición. Esto podría traducirse en implementar una política de seguridad más efectiva, que vaya más allá de los abrazos y no balazos.
También podrá plantear una estrategia energética que equilibre las necesidades de desarrollo con la urgencia de combatir el cambio climático, apostando decididamente por las energías renovables, de igual manera podrá tener un manejo más eficiente de la economía, priorizando la inversión y el crecimiento sostenible sin descuidar los programas sociales.
A pesar de contar con una mayoría legislativa, Sheinbaum debería evitar la polarización que caracterizó el gobierno de AMLO. En su lugar, sería prudente buscar el diálogo con la oposición y diversos sectores de la sociedad para construir consensos en temas clave, esto no solo fortalecería la legitimidad de su gobierno, sino que también podría generar políticas más robustas y duraderas.
Si bien AMLO no quiso combatir la corrupción, ahora Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de fortalecer las instituciones anticorrupción existentes y crear mecanismos de rendición de cuentas más efectivos y lograr un real combate a la corrupción caiga quien caiga.
Claudia Sheinbaum tiene ante sí la oportunidad histórica no solo de ser la primera mujer en gobernar México, sino también de corregir el rumbo en áreas donde la administración de AMLO mostró deficiencias. Su formación científica, su experiencia en el gobierno de la Ciudad de México y su visión progresista pueden ser activos valiosos para implementar un estilo de gobierno más pragmático, inclusivo y basado en evidencia, sentando las bases para un México más próspero, justo y democrático…Sígame en X como @visionpolitica7.