Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Ojalá y al “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas”, no le vaya a hacer falta dinero para atender la contingencia que se avecina por John, porque los ciudadanos hemos visto que en vez de ocupar el recurso público en necesidades prioritarias, lo usa para alegrarle el ojo a López.
Mandar a pintar 100 bardas con la imagen más bien de Clinton que del macuspano e iluminar un cerro con un letrero de una leyenda que ni siquiera es inspiración del peje, son gastos millonarios cuyo dinero seguramente le va a hacer falta después del paso de John y eso que le advertimos los medios de comunicación con tiempo de que estuviera ahí, con los pobres que lo necesitan.
Ayer por la mañana me habían mandado ya imágenes de Pluma Hidalgo, una comunidad en la Sierra Sur pero distante apenas unos 30 kilómetros en línea recta del mar y las ráfagas de viento ya se escuchaban poderosas porque de una tormenta tropical, John comenzó a adquirir una fuerza descomunal.
El parte informativo de las 10 de la noche en Oaxaca dice: “John se ubica frente a las costas de Oaxaca y generará lluvias intensas a puntuales extraordinarias, vientos muy fuertes y oleaje elevado en el sur y sureste mexicano, además de reforzar la probabilidad de lluvias fuertes a muy fuertes en el oriente y centro del país.
El pronóstico dice que el huracán se esta fortaleciendo y hay una alta probabilidad de que se convierta en un huracán mayor, por lo tanto el nivel de peligro es máximo para Guerrero y Oaxaca porque los vientos pueden alcanzar rachas de hasta 120 kilómetros por hora y puede originar trombas marinas en las costas de Oaxaca y Guerrero.
Así que esperamos lluvias puntuales de hasta 250 mm en Oaxaca y de menor intensidad en Guerrero pero esa, es una mala noticia para los oaxaqueños porque sabemos que la conectividad a la costa por la súper carretera, será prácticamente imposible dado que es una vía que fue inaugurada sin que estuviese terminada.
Estoy casi seguro que la pérdida de vidas humanas no va a ser tan grave, porque los habitantes de la costa conocen muy bien y por experiencia propia de los embates de un huracán de ese tipo, por eso uno de mis amigos que viajó ayer de allá para acá, me dijo que allá en Río Grande, Tututepec y esas comunidades costeras, la gente ya no está circulando.
Sin embargo la intensidad de las lluvias en comunidades como San Mateo Piñas, Ozolotepec, Paxtlán, los Coatlanes, los Loxicha, Pluma Hidalgo, San Pedro Cafetitlán entre otras muchas en la Sierra Sur, pueden padecer deslaves de tierra y afecciones superiores en sus viviendas.
Ojalá y no haya pérdida de vidas humanas, pero seguro materiales habrá y muchas, por eso el “gobernador”, Salmón Jara ya debe tener un colchón de dinero para atender esas contingencias donde se presenten, al igual que su oficina de caminos debe tener listas los módulos de maquinaria para restablecer el paso donde el huracán lo haya truncado.
Dicen que no hay mejor contralor de obras que un imponderable y eso lo vamos a ver con los vientos y las lluvias torrenciales de John, aunque ahora y por decreto presidencial, ya no contamos con los apoyos del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) que el peje desapareció y, por tanto, las comunidades están mucho más vulnerables.
Las cosechas de los campesinos en la Sierra Sur, Istmo y Costa, también van a sufrir afectaciones severas y hasta pérdidas totales en el caso de los sembradores de papaya, de cacahuate, frijol, maíz y café, por lo que va a ser muy necesario un programa de apoyo a los productores.
¿Podrá con el paquete Salomón Jara?, porque para lamebotas y zalamero, es profesional.
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