Por Luis Javier Hernández Córdova/periodista

Lucila Pérez, mejor conocida como “La Lucí Trevi” en el medio periodístico, siempre fue de un carácter fuerte…hoy en día es un ángel. Pero no por eso se quedó con las ganas de estar frente al féretro de Wilfrido López Torres, para ir a regañarlo y hacerle un fuerte reclamo por una ” Mentirilla piadosa”, que el buen Willy había dicho por ahí, tal vez con la sana intención de no provocar un conflicto entre sus “musas”… Ya calmada, y una vez satisfecha de su reclamo, la Trevi tomó una flor con agua bendita, le marcó la señal de la cruz, se sentó en una silla para decir alguna oración y dar rienda suelta a sus recuerdos.

Dos días después regreso a Tlacolula, tierra de origen del difunto, para asistir a su sepelio. Nadie se explica por qué, pero de pronto Lucy Trevi perdió el equilibrio y cayó para atrás.

Se pensaba que se había desmayado, pero no, simplemente y sin ninguna explicación, perdió el equilibrio.

Willy Torres, nunca se casó porqué amaba su libertad, por ello, es que en la puerta de su hogar materno, donde se veló su cuerpo, fue colocado un moño blanco en señal de luto, por qué así es la costumbre en nuestros pueblos del valle.

Pero Willy Torres además de periodista era poeta, y como buen poeta requería de musas para su inspiración, a él le gustaban llenitas sobre todo de la parte posterior. Y charlaba con ellas, les hacía cuentos, pero sobre todo inspirados poemas.

Le encantaba la bohemia, era amante del buen mezcal, la lectura y la convivencia entre amigos, porqué también por su cultura fue un magnífico charlador.

Sarcástico y bromista siempre tenía el chascarrillo o la broma oportuna.

Le encantaba hacer bromas…Y Lucy Trevi no escapo a la última…
Terminando el sepelio, y una vez colocadas todas las coronas y las flores sobre la tumba, el hermano mayor del Willy nos invitó a pasar a la sombra de un frondoso Sabino y nos encaminamos al lugar sugerido, cuando, en el preciso momento que Lucy Trevi pasaba junto a su tumba. Una de las coronas inexplicablemente se cayó en sentido contrario de dónde estaba recargada… fue a dar precisamente sobre la humanidad de la Trevi, la cuál cayó al suelo con la corona encima.

¿Que le había reclamado Lucí dos días antes?…

Aiga sido como aiga sido, como dicen en el pueblo, pero lo que yo sí creo, es que Wilfrido López Torres, ! jugó su última broma! …o fue una despedida?

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