Francisco Alejandro Leyva Aguilar

Lamentable que el “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara este presumiendo los logros de los Guerreros de Oaxaca, el equipo de beisbol de Alfredo Harp Helú, mientras la entidad esta en un baño de sangre.

Justo el día de su frívola presunción, el martes 27 de agosto, Oaxaca vivía el día más violento del año con 13 asesinatos en diversas partes de la entidad, entre ellos, un niño de 10 años que fue acribillado a machetazos en el municipio de Chahuites en la región del Istmo de Tehuantepec.

Los encargadlos de la seguridad del estado, tuvieron que confirmar ayer, que el martes pasado fue el día más violento en lo que va del año y justificaron que eso se debe a la presencia de grupos del crimen organizado que ajustan cuentas o acomodan territorios.

Y ¿a dónde debe mirar la Fiscalía General del Estado para dar con los responsables de los asesinatos?, pues las voces que sostienen que dentro de gobierno estatal, hay funcionarios ligados al crimen organizado son muchas e incluso dan pistas muy certeras de quiénes pueden tener nexos o son parte de grupos delincuenciales.

El caso más sonado, es el que ha estado denunciando el dirigente del Partido del Trabajo (PT) Benjamín Robles Montoya sobre el presunto nexo que el actual senador de la república por Morena Antonino Morales Toledo, tiene con un grupo de huachicoleros del istmo de Tehuantepec.

La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), que dirige José Bernardo Rodríguez Alamilla, le debe una explicación a los ciudadanos oaxaqueños sobre los motivos que lo orillaron a liberar a José Antonio López Ríos secretario particular del Senador Nino Morales, detenido por elementos de la Marina Armada de México el pasado 08 de agosto, en posesión de armas de uso exclusivo del ejército, 500 mil pesos en efectivo y gasolina presuntamente robada.

El también líder del Frente Único de Comunidades de Oaxaca (FUCO), no estuvo ni 24 horas preso y eso que la sola portación de armas de uso exclusivo del ejército y el huachicol, son delitos suficientes como para que se abra una carpeta de investigación.

Benjamín Robles Montoya llama “hamponino” al ahora Senador oaxaqueño por Morena y ha denunciado varias irregularidades no solo cuando fue presidente municipal de su natal San Blas Atempa una pequeña comunidad del istmo de Tehuantepec, sino también en su paso por la Secretaría de Administración donde ahora despacha su hermana y donde se ha evidenciado en redes sociales, la presencia de guaruras fuertemente armados.

Otro que ha sido señalado por sus presuntos nexos extraños con delincuentes, es el director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) Emilio Montero Pérez, ex presidente municipal de Juchitán de Zaragoza y con un fuerte vínculo con la familia Teherán quienes han sido señalados desde hace tiempo por sus actividades ilícitas.

Haría bien el Fiscal General Bernardo Rodríguez Alamilla en investigar, aunque sea superficialmente la actividad de algunos de los funcionarios públicos que hoy le “sirven” a los oaxaqueños, porque parece que lo que florea en esta primavera, más bien son las amapolas y la canabis.

Si el Secretario de Gobierno Jesús Romero López puntualiza que el baño de sangre en Oaxaca se debe a la presencia de grupos delincuenciales, estaría metiéndole él mismo un balazo en el pie a la #MalditaPrimavera… al tiempo.

@leyvaguilar
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