Por Cipriano Miraflores

El reconocimiento a los Pueblos Primeros y el Pueblo Afromexicano como de libre determinación y autonomía, debe de conducir a una nueva relación entre estos pueblos y el Estado Mexicano.

Por ejemplo, como pueblos autónomos deben ser sujetos de una partida presupuestal de la Federación en forma directa y no a través de oficinas del gobierno federal y de los Estados.

Se podría calcular a partir de la población reconocida a pesar de que somos más, sufrimos las malas cuentas del INEGI. Se calcula el 25%, pues se les debe prover ese porcentaje del presupuesto, sería lo justo. Ahora sí el tren Maya si sería de los mayas.

Las políticas para los pueblos serían determinadas por una Asamblea Nacional de Representantes de tales pueblos y ejecutada por los propios pueblos .

Si esto no fuese así, seguiremos en políticas indigenistas, con todo lo que esto significa, en este contexto, está la propuesta del Peje y de Sheinbaun. Desde luego, ni AMLO ni Sheinbaun se atreverán a tanto, su conciencia de clase se los impide, el primero como criollo y la segunda como judía.

Así las cosas, en vía de mientras sean rabiosamente felices.

Ka nha bitush belha to, nha kanhatekze da lla a che yi nhaken ka tu bi ljuelto, (Desde entonces jamás nos hemos separado y, desde entonces, el calor de la lumbre es nuestra dulce compañía).

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