Por: Fernando Cruz López.
Cuando el gobernador del estado Salomón Jara Cruz, en diversas entrevistas de prensa, ya sea locales como nacionales ha dicho que la riqueza de los oaxaqueños es muy amplia y sobre todo variada, es algo bastante entendible para los oaxaqueños; sin embargo, vale la pena retomar algunos aspectos de esta riqueza y mostrarla al mundo entero, pues los tesoros de nuestra entidad se tienen que publicitar mucho más.
Ubicado en el sureste de México, el fascinante estado de Oaxaca es un verdadero tesoro de diversidad cultural, gastronómica y folclórica que cautiva a todo aquel que tiene la oportunidad de visitar sus encantadores rincones. Esta entidad federativa, ofrece un viaje enriquecedor que trasciende lo meramente turístico, sumergiendo al visitante en una auténtica experiencia sensorial que difícilmente se olvida.
Cuando el gobernador del estado habla de la gran riqueza cultural de Oaxaca, tiene mucha razón, pues esta se puede notar desde el momento en que uno pone un pie en suelo oaxaqueño. Aquí coexisten de manera armónica diversas etnias indígenas, cada una con su propia lengua, tradiciones y formas de vida que han logrado preservarse a lo largo de los siglos. Destacan principalmente los grupos étnicos zapotecos, mixteco, triqui, chatino, mazateco, chinanteco, cuicateco, zoque y mixe, todos ellos han sabido mantener viva su herencia ancestral a través de manifestaciones artísticas, festividades y rituales que se remontan a la época prehispánica.
Uno de los aspectos más fascinantes de la cultura oaxaqueña radica en su extraordinaria producción artesanal. En cada rincón de la entidad, se puede apreciar el talento y la destreza de maestros artesanos que, con paciencia y dedicación, elaboran piezas únicas y llenas de simbolismo. Destacan los textiles de lana y algodón, la alfarería, la orfebrería, la talla en madera y piedra, la pintura y los extraordinarios bordados, entre otras expresiones artísticas que reflejan la riqueza cultural de este bello estado del sur de México.
Vale la pena añadir un poco más a lo que el ejecutivo estatal ha dicho una y mil veces, en el sentido que la magia de Oaxaca no solo se encuentra en su aspecto cultural, sino también en su extraordinaria riqueza gastronómica, que ha sido reconocida a nivel mundial. La cocina oaxaqueña es considerada una de las más complejas y ricas del país, con una diversidad de platillos y técnicas de preparación que se han transmitido de generación en generación. Desde los famosos moles, los tamales envueltos en hojas de plátano, los quesos artesanales, los excelentes platillos a base de mariscos y hasta los exquisitos platillos a base de insectos, la gastronomía de Oaxaca es un verdadero deleite para los sentidos.
A todo lo que ha dicho el ejecutivo estatal cuando habla del potencial que tiene el estado, hay que añadirle que la riqueza de Oaxaca no se limita únicamente a lo cultural y gastronómico, sino que también se extiende a su extraordinario folclore. La música, la danza y las celebraciones tradicionales son un reflejo vivo de la vibrante y diversa identidad de este rincón de México.
Por último, hay que destacar que con la guelaguetza culminan las fiestas de los oaxaqueños y este año, las festividades fueron totalmente exitosas, hubo turismo a más no poder, se generaron fuertes ingresos económicos que recapitalizan a los prestadores de servicios turísticos y se espera que el próximo año, estos festejos se inicien desde el primer lunes de julio, pues ya es una exigencia popular, debido a que dos lunes no alcanzan para que los visitantes puedan disfrutar de la Guelaguetza, esa maravillosa experiencia que se vive únicamente en el cerro del fortín… Sígame en X como @visionpolitica7.