Por Cipriano Miraflores
Cuando AMLO prometía un cambio de régimen político en su campaña, me imaginé una mejora sustancial de nuestra incipiente democracia. Por eso voté por él.
Nunca me imaginé la sustitución de esa incipiente democracia por un régimen absolutista, sin contrapoderes, si no veamos:
Acaba con todos los poderes institucionales y efectivos que impidan el ejercicio absoluto del poder por el presidente como: el poder legislativo, con su maíz tiene; el poder judicial, va en vías de su destrucción; el poder federativo, lo tiene bajo su control; es decir, los Estados y municipios; el poder electoral, ya es suyo; los poderes autónomos, como el INAI, ya está el proyecto para su destrucción; el poder partidario, lo redujo a su mínima expresión; el poder informativo, extraño a la Jornada independiente; el poder militar, lo corrompió; el poder económico, lo enriqueció; el poder ideológico, lo tomó en sus manos en las mañaneras y en las escuelas; el poder burocrático, le quitó toda acción y presupuesto; poder laboral, come de las manos del presidente; poder campesino, lo desaparició; el poder imperial, salamero con él; el poder religioso, solo rezonga cuando le impuso a una judía; poder estudiantil, lo compró con becas; el poder organizacional, le quitó el recurso publico.
Pero lo peor del caso es que al poder Soberano, lo adoctrina, lo mediatiza, lo trae con la Zanahoria. Circo, Maroma, Teatro y Limosna. . Lo ha hecho estúpido,
Así se tiene el nuevo Régimen Absoluto. Exagero? No lo creo, a lo mejor el único límite que tiene el presidente es el poder familiar, hacen lo que se les da la gana, es su debilidad.
Al régimen priísta lo representaban como un dinosaurio, a este nuevo régimen lo podemos representar como un Dinosaurio Rex.
Fea la cosa, el PRI y el PAN en crisis terminal. El MC una ilusión.
Un panorama para llorar, jamás me imaginé esto, caer en manos de un enfermo del poder, por lo menos los venezolanos salieron a las calles a protestar, nosotros lamiendo nuestras heridas nos refugiamos en nuestra casa.
Pero en vía de mientras sean rabiosamente felices.
Bahni