Oneroso, improductivo y rapaz
RAÚL NATHÁN PÉREZ

“Nunca faltarán los mentirosos y parásitos, mientras haya alguien que les crea y elija” Flavio Josefo, La guerra de los judíos, Libro I, 422, p. 150

1).- Opacidad y ausentismo
Los diputados Sergio López Sánchez, presidente de la Junta de Coordinación Política y Samuel Gurrión, de la Mesa Directiva, se han rasgado las vestiduras ante la ausencia de sus colegas a la sesión semanal. Han echado de su ronco pecho para censurar lo que en la LXV Legislatura ya es una institución: el ausentismo. Y se viene arrastrando de lejos. Ésta no es la excepción, lo es que a las y los 42 parásitos que ahí cobran, el gobierno de Salomón Jara les canceló el “pago por evento”.

Esa cifra millonaria que gobiernos anteriores les otorgaba debajo de la mesa, por aprobar iniciativas enviadas por el ejecutivo estatal.

Además, claro, de los más de 400 millones que se chutan cada ejercicio y del que pueden pedir ampliaciones –y han duplicado- a su arbitrio. En total opacidad. No rinden cuentas a nadie. Pero sí las verifican en diversos organismos a través de otro membrete: la Auditoría Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (ASFEO). El Congreso local es uno de los más onerosos del país. Además de los más improductivos y voraces. No es fortuito que oaxaqueños creativos le hayan puesto al edificio de San Raymundo Jalpan el apelativo de “ciudad salmón”. Esta especie boga contra corriente grandes distancias para ir a tirar “la hueva”.

En la primera década de nuestra era, César Augusto bautizó a la isla de Capri, a donde acudían nobles y políticos romanos a la disipación y la vagancia, como “Apragópolis”, “la ciudad de la ociosidad”. (Suetonio, La vida de los doce césares, Gredos, Barcelona, 2022, Tomo I, Libro II, 98.4, p. 214). Pero no es lo único. Ahí se han incubado los peores vicios. Sin soslayar la mediocridad, la ineptitud y la holganza. Del abominable reciclaje. Hay quienes figuran ya en el inventario como Alejandro Avilés. Eso aparte de ser paraíso de traidores, rapaces, trapecistas, tránsfugas y oportunistas.

2).- Cinismo galopante
Pregunta: ¿Con qué máscara asistirían a las sesiones en esta agonizante legislatura local, quienes cambiaron de partido, abyectos (as) y traidores (as) que, salvo su nueva investidura y sus propios intereses, no representan a nadie? Avilés, que de eterno presidente de la bancada del PRI mutó al PVEM y al fin llegará a la Cámara Federal. Mariana Benítez que abjuró del tricolor y, sin tocar baranda se enganchó en Morena, no obstante, el repudio de su militancia. Y seguirá sorbiendo en San Lázaro de la ubre por la vía plurinominal. O Miriam Vásquez Ruiz que, con la acción afirmativa indígena, representará un distrito que le es ajeno: Tuxtepec, arrumbando al Partido del Trabajo (PT) y pintándose de Morena.

O el frustrado aspirante a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, Luis Alfonso Silva Romo, que en menos de tres años brincó del PAN a Morena y, de la mano de Noé Jara se coló de chiripa a la senaduría por el PVEM. Ahora se asumen en las ligas mayores, aunque vayan hacer de nuevo el mismo y vergonzoso papel de levanta-dedos. O, la hoy flamante senadora electa, Luisa Cortés García, que en la citada legislatura no fue más que un monigote de su partido, Morena, pues ni en su pueblo la conocen. ¡Ah, pero ahora va a despachar en donde se cocinan las grandes decisiones nacionales! De la oferta diputaril que tendremos y de quienes van al Senado, no se hace uno (a). Seguimos en las mismas: la mayoría, legisladores (as) de medio pelo que dan pena ajena.

Colofón:
Un análisis de fondo de las iniciativas, reformas o leyes aprobadas en la LXV Legislatura, pueden mostrar la esterilidad de nuestras bancadas sin distinción. Hay quienes dejaron el arado o el comal en sus comunidades, pero para nada se forjaron o formaron para legislar. Hoy, con menos privilegios: pagos discrecionales, otorgamiento de obras y cochupos en sus distritos, prebendas y dádivas, menos les interesa. Partidos y legisladores (as) le siguen debiendo al pueblo de Oaxaca.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Luego de que se hiciera cera y pabilo con la cantante Patricia Alcaraz, a raíz de su oriundez y del lapsus en la interpretación de la música que la delegación de Asunción Ixtaltepec consideró un agravio a su “pureza racial”, a su “autenticidad y originalidad”, el improductivo diputado, Nicolás Feria Romero, ataviado con sombrero tejano a la usanza norteña, también le entró a los dimes y diretes. Propuso que se le retire la medalla “Álvaro Carrillo” que le entregó en abril el Congreso local. ¡Vaya iniciativa! ¿No sería mejor que se ponga a legislar y no andar de oportunista? ¿Alguien le ha dicho que tiene a toda la familia metida en el gobierno, lo que se traduce en un vulgar nepotismo? Sólo le faltó meter a sus abuelos.

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