Por: Ferrnando Cruz Lopez.
Las constantes agresiones contra periodistas en México son una grave amenaza a la libertad de expresión y al derecho de la ciudadanía a estar informada.
Según el informe de Artículo 19, de 2023 a la fecha se registrado más de 850 ataques contra la prensa, esto convierte a México, fuera de Israel y Palestina, en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
La violencia contra la prensa adopta diversas formas: intimidación, hostigamiento, uso ilegítimo del poder público, amenazas, e incluso asesinatos, sin embargo, hay un dato alarmante pues el principal agresor de la prensa es el propio Estado.
En el caso de Oaxaca no es la excepción, conozco al gobernador Salomón Jara Cruz y difícilmente ordenará agredir o reprimir a representantes de los medios de comunicación, sin embargo la gente que lo rodea, los que lo cuidan y todos aquellos que quieren quedar bien con el, han cometido varias agresiones contra periodistas, tan solo en 2023, pasó de 26 a 38 agresiones, un aumento del 7% y siempre está involucrado algún funcionario del gobierno estatal.
Tenemos por ejemplo el caso registrado ayer en la primera función de la Guelaguetza 2024, la maxima fiesta floklorica de los Oaxaqueños que se vio empañada por un lamentable incidente que involucró la agresión al fotoperiodista, Edwin Hernández, quien fue víctima de intimidación y violencia por parte de uno de los guardaespaldas del gobernador Salomón Jara.
El incidente ocurrió mientras Edwin Hernández documentaba la protesta pacífica de la cineasta Ángeles Cruz, quien buscaba llamar la atención sobre la ola de violencia que afecta a la comunidad de San Miguel El Grande. Al finalizar la Guelaguetza, el fotoperiodista fue perseguido, acosado y el guarura le destruyo su acreditación para cubrir el evento.
Este acto de agresión contra la prensa genera sin lugar a dudas preocupación entre la comunidad periodística y defensores de la libertad de expresión. El incidente contrasta fuertemente con el espíritu de la Guelaguetza, una celebración que busca resaltar la riqueza cultural y la unidad de los pueblos oaxaqueños.
La libertad de expresión y el derecho a la información son pilares fundamentales de una sociedad democrática, y su protección debería ser una prioridad, incluso en medio de las festividades culturales más importantes del estado.
No podemos normalizar la violencia contra periodistas. Cada ataque es un atentado contra la democracia y el derecho a estar informados. Es hora de que México deje de ser uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y se convierta en un lugar donde la prensa pueda cumplir su labor sin miedo. La libertad de expresión no es negociable…Sigame en X como @Visionpolitica7