Por Cipriano Miraflores

Durante los tiempos de las monarquías absolutas en Europa, los gobernantes tenían para sí tres funciones de gobierno: pensar, resolver y ejecutar. Traducidos, en gobierno, era pensar las leyes para su reino y para su población. Aplicar esas leyes en la solución de los conflictos. Ejecutar esas leyes por medio de los aparatos del reino.

El monarca era absoluto por tener la totalidad de las funciones del Estado. Algunas personas pensaron que tanto poder en una sola mano no era sano ni bueno para la población, entonces dijeron que el pensar debe estar en manos del pueblo, solo el pueblo puede hacer leyes para el reino y para si mismo.

El resolver lo que dicen las leyes debe estar en manos de jueces profesionales e imparciales. Ejecutar las leyes tiene que estar en manos del gobernante a través de la administración pública.

Se les llamó los tres poderes que tienen que ser independientes, autónomos, profesionales. Lo que pasó en realidad, es que estos tres poderes reflejan la división de la sociedad. Que uno de estos poderes invadiera a los otros poderes se consideró siempre una deformación del modelo. Por ejemplo, que México ha tenido una preponderancia del Poder Ejecutivo sobre los demás poderes que se ha considerado nefasto para el país. Hemos tenido que soportar a cada Presidente que no ha estado en sus cabales , como Echeverría y AMLO.

Cuando hay preponderancia del Poder Legislativo se le llama parlamentarismo, lo intentamos con los villistas y zapatistas.

Donde los jueces son muy respetados, como en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, que hacen carrera judicial y suben por méritos, logran que la justicia prevalezca sobre los intereses de los poderosos y de los gobernantes.

Como se puede comprender, el proyecto del Peje y de Claudia de que una sola persona o grupo maneje los tres poderes es regresar a los tiempos de la monarquía absoluta, es un proyecto reaccionario y conservador. Por tanto, no es de izquierda, ni para bien de México.

Que Dios nos agarre confesados por estos locos descerebrados que, mediante fraude, llegaron al poder político de nuestro querido México.

No queda más que organizar un Gran Movimiento Opositor para detener esta locura.
Lo increíble es que la mitad de los mexicanos piensa que está bien, pa su mecha, qué cosa.

En vía de mientras sean rabiosamente felices.
Netandii Nashinandaa

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