Francisco Alejandro Leyva Aguilar

Quedan exactamente 12 días para la elección mas importante que haya tenido México en sus historia y quizá la última democrática si gana la ignominia representada en una “luchadora estudiantil”, de esas que dejaron el huarache, el morral y el porro para volverse la nueva clase política de la nación.

A Claudia Sheinbaum, nos la mandaron los comunistas expulsados de Bulgaria en la Europa de hace siglo y medio pero se asentó aquí en donde vivió, no como comunista, sino como viven prácticamente toda la comunidad judía en México, es decir MUY BIEN y, seguramente por la formación de sus padres y abuelos, unos israelíes y otros búlgaros, fue a estudiar a la Universidad Nacional Autónoma de México que, por autónoma entendía la libertad de pensamiento y eran épocas entonces en que desde el poder se alentaba el manifiesto comunista en las universidades, sobre todo en la UNAM.

Escuchaban a Silvio Rodríguez y su “sueño con serpientes”, idolatraban al argentino criminal Ernesto el “Che” Guevara, soñaban con la revolución cubana y la instauración por fin en América Latina y el Caribe de un país comunista basado en el Manifiesto Marxista, fumaban marihuana y tenían actividad clandestina dentro de la propia universidad.

Hay innumerables videos de una Claudia Sheinbaum “colocha”, como le dicen los chiapanecos a los de cabello revueltamente chino y enredado, como si no se bañara nunca, arengando frente a los comités de lucha de la UNAM, discursos cargados de adoctrinamiento marxista-leninista, una ideología que quizá no fue mala pero que la historia nos dice que fracasó en todo el mundo, incluida Cuba y que derivó en el fascismo populismo, es decir en una de las tiranías más férreas que hayamos tenido en el mundo, más de 60 años en el poder, sin cambio generacional.

Una ideología que derivó en un protocolo y que, para subsistir fue instaurada en otras repúblicas como Venezuela donde existían las condiciones perfectas para un régimen tirano: hartazgo de la ciudadanía por la galopante corrupción, riqueza evidente en todos los campos de la producción, petróleo, una clase media pasiva y un líder carismático emanado del pueblo. Ese líder se convirtió en un tirano asesino que, a pesar de su cáncer y su muerte, logró dejar en el poder a otro igual que él o peor.

Esa ideología tiene Claudia Sheinbaum en su cabeza ahora lacia y con una cola, mal emulando la silueta de una Barbie bulgaro-latina que alguien se encargó de diseñar para poder ocupar su silueta tal y como Walt Disney lo hizo con la Barbie rubia original.

Un paralelismo casi contradictorio. La silueta de una cabeza producto del neoliberalismo con una mente repleta de una carga ideológica contraria, es decir una sinrazón. Eso es Claudia Sheinbaum, una sinrazón porque a pesar de los esfuerzos de los publicistas, que por cierto han copiado modelos comunicacionales de otras candidatas en Latinoamérica para ocuparlas en Sheinbaum Pardovich -así se apellida originalmente- ella no tiene pensamientos propios.

En el tercer debate quedó de manifiesto el talante autoritario de Pardovich, los dichos y los hechos ahí manifestados la desenmascararon y la mostraron al pueblo de México tal como es, con ese desplante autoritario de los que creen que siempre tienen la razón, con esa sequedad de pensamiento para confrontar ideas, con esa soñolencia de los que ya tienen aprendido su discurso y no hay manera de que lo cambien razonando.

No, Claudia no razona, ella piensa lo que le ordena Obrador, porque su diminuto cerebro, está diseñado para seguir al líder… a ella le enseñaron que Cristo no es el hijo de Dios, sino un judío más que infringió las reglas y por eso lo crucificaron. Ella no quiere ser sacrificada por eso obedece.

Claudia Sheinbaum es producto del retroceso histórico igual que el peje, pero peor si llega a gobernar, porque Andrés con sus ocurrencias y sus estupideces seniles, seguirá gobernando al través de las escasas neuronas de la búlgara latina y eso no será bueno para México porque ya hemos visto que, en solo un sexenio López nos dejó en la indefensión completa en materia de seguridad y de salud pero además con una economía agarrada con alfileres.

Ese castillo de naipes de los “otros datos” construido y pegado con la saliva del pejelagarto macuspano, se va a derrumbar sin importar quien gane la contienda del próximo 2 de junio y por eso es importante que la ciudadanía y sobre todo la clase media en México, despierte, salga a votar, porque todo lo que familias enteras han conseguido con trabajo y sudor, podrían perderlo cuando desaparezca la propiedad privada como en el modelo cubano.

Mientras el mexicano padezca los atropellos del comunismo, Claudia Sheinbaum engrosará su actual fortuna de TRES MIL MILLONES DE DÓLARES que ya tiene en paraísos fiscales con dinero de los mexicanos de clase media que cambiarán de status a pobres o peor, a paupérrimos.

Así que ¡DESPIERTA MÉXICO!

@leyvaguilar
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