Francisco Alejandro Leyva Aguilar

Los datos espantan. El 81 por ciento del territorio nacional, es controlado por el crimen organizado de acuerdo a una investigación del periódico el Universal, es decir “los ciudadanos esos que al peje le merecen respeto”, tienen presencia en 51.8 millones de kilómetros cuadrados de nuestra nación donde viven aproximadamente 108 millones de mexicanos que están expuestos, de acuerdo a las cifras dadas a conocer por AC Consultores.

Claro que lo anterior no es un misterio, el Gobierno Federal lo sabe, así como las fuerzas del orden como la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría de la Marina Armada de México (SEMAR), puesto que, además de la investigación de AC Consultores y el Universal, la información proviene de los millones de Terabites hackeados por el grupo Guacamaya Leaks.

Lejano a lo que se piensa, no son los cuates de Badiraguato los que tienen más presencia, sino sus acérrimos enemigos que son los del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que opera y tiene presencia en 28 de los 32 estados de la república, mientras que el Cartel de Sinaloa (CS) tiene presencia en 24. Justo en la yuxtaposición de esos estados, es donde suceden a diario enfrentamientos, masacres, asesinatos y también es donde la ciudadanía está más expuesta a volverse víctima colateral.

Ya sabemos como operan los miembros del crimen organizado y por eso en nuestro México de la cuatroté, de los abrazos no balazos y de los otros datos, estamos normalizando las ejecuciones, las masacres, las narco mantas, los narco mensajes, las extorsiones, los cobros de piso, los secuestros, los videos de promoción de armamento y también el asesinato de funcionarios y hasta candidatos, hechos que se han registrado al menos en 1500 de los 2471 municipios que tiene México, más de la mitad de los núcleos poblacionales.

En orden de importancia, el estudio afirma que el Cartel del Golfo tiene presencia en 10 municipios, el del Noreste en 8, la Familia Michoacana en 7, los Zetas en 6, los Templarios en 5, los Chapitos en 4 y otras organizaciones menores como los Beltrán Leyva, los Viagras, los Salazar, los Talibanes y los Rojos cada uno en tres estados, además de los Guerreros Unidos y los Ardillos que tienen su sede en Guerrero, el estado fallido de los Salgado.

Claro que esta redistribución del territorio comenzó con la llegada al poder de López Obrador pero su ocurrencia de soportarlos y no perseguirlos, hizo que, como una mancha de un derrame petrolero en las cristalinas agua del mar, el crimen organizado se desparramara por prácticamente todo el territorio nacional con las consecuencias que hoy estamos pagando como la inflación adyacente originada por el cobro de piso a toda la cadena productiva, o los asesinatos de candidatos que no son afines a los intereses del crimen organizado en las elecciones de 2021, 2022 y este 2024 que es la más grande que haya tenido el país.

Parece difícil que el gobierno pueda rescatar el Estado de Derecho que se perdió en este sexenio y más difícil si gana la corcholata del peje que promete “continuidad”, es decir seguiría con la ocurrencia criminal de “abrazos, no balazos” con las consecuencias que eso tiene para el país.

Así que no hay otra que tomar la única arma que tenemos los ciudadanos y que es la credencial para votar, porque si no lo hacemos, esto se va a convertir en lo que George Orwell vaticinó en su novela 1984, que escribió en 1948 pasada la Primera Guerra Mundial y en la que imaginó un nuevo orden. Yo no quisiera ver un México así.

@leyvaguilar
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