Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Merece un análisis la reacción que ha tenido el “presidente”, así en minúsculas y entre comillas López, de lo que pasó en el primer debate de los presidenciables el pasado domingo 7 de abril y lo merece porque la mañana de ayer, volvió a arremeter -sin decirlo- contra su corcholata Claudia Sheinbaum que no lo defendió.
Por supuesto que la corcholata no sabe cómo congraciarse con el mesías tropical que ya lleva toda la semana molesto porque sus “otros datos”, no son percibidos en la ciudadanía que razona y, al contrario, las preguntas que hizo doña opinión pública, fueron una dura crítica al sistema populista que el peje ha implementado en México.
Claudia solo ha atinado a decir “es un honor estar con Obrador”, pero su dicho es hueco, sin ningún sentimiento, sin ninguna convicción y ya estamos a solo mes y medio de la elección más importante que pueda tener nuestro país porque en ella se juega la “continuidad” de todo este desastre, o el rescate de nuestras instituciones y, por lo tanto, del México que conocemos.
La pregunta para Claudia es ¿en verdad es un honor estar con Obrador?, o es mejor -como lo hizo en el debate- poner distancia entre Palacio Nacional y su campaña, porque Andrés vive encerrado en una realidad que no es la de todos los mexicanos y Claudia, de alguna manera está enterándose de lo que los ciudadanos piensan, sienten y padecen en este México de la cuatroté.
Mientras a Claudia le tocan los reclamos de la falta de medicamentos, de la insalubridad derivada de un Instituto de Salubridad para el Bienestar que nunca funcionó; mientras recibe los reclamos de jornaleros agrícolas a los que les quitaron programas para el campo o de mujeres que ya no cuentan con estancias infantiles o padres de niños con cáncer que nunca recibieron medicamentos; mientras Claudia se chuta los reclamos por el descarrilamiento del tren maya, la corrupción de los hijos de López y el sobre costo de las obras insignia del peje, aquél está en un palacio, rodeado de los “otros datos”.
El peje se queja de que su corcholata no haya defendido los “logros” de su gobierno, pero valdría la pena preguntarse ¿cuáles?, es decir ¿ya bajó la gasolina a 10 pesos el litro?, ¿ya refina petróleo dos bocas?, ¿costó los 8 mil millones de pesos que prometió?, ¿sirvió de algo la compra de la chatarra de Deer Park?, ¿ya tenemos autosuficiencia energética?, y un largo etcétera, porque se supone que ya deberíamos estar como Dinamarca en materia de salud, el Aeropuerto Felipe Ángeles ya debería haber despegado y debería ser autosuficiente y no subsidiado, la mega farmaciotota debería estar repartiendo medicinas por todo el país, el tren maya debería ser sustentable y no haber derribado millones de árboles y además afectar los cenotes que para los mayas son sagrados.
¿Qué logros debiera presumir Claudia?… no los hay, a menos que MIENTA, como ya lo hizo con las cuentas en paraísos fiscales que tiene su familia, a menos que Claudia se aprenda de memoria los “otros datos” para ver si la ciudadanía le cree, pero lo juzgo MUY difícil puesto que las preguntas que el pueblo hizo en el primer debate tienen que ver con la percepción de fracaso que el mexicano tiene de este gobierno de cuarta.
Por eso la bilis del tabasqueño y si ese hígado sigue destilando más bilis que gasolina dos bocas, es capaz de enfermar a su corcholata.
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