Francisco Alejandro Leyva Aguilar

Me enteré por varios autores del talante pendenciero de Andrés Manuel. Ese talante lo llevó a meterle un tiro en el pecho a su hermano Ramón y a dejar parapléjico a su amigo Ángel León al tirarle por la espalda y directo a la nuca, una pelota de beisbol, con odio y resentimiento. Por ahí circula también un libro de un compañero de López en la primaria que lo define como un “gandalla” y solo hay que darse cuenta de sus actos para saber que todo lo que se dice de él, es verdad.

Nunca tuvo problemas con sus pendencias. Mató a su hermano Ramón y le resolvieron sus problemas legales por asesinato. Dejó parapléjico a su amigo Ángel y jamás fue requerido por la justicia para reparar el daño que posteriormente le costó la vida a su amigo. Tomó con lujo de violencia los pozos petroleros en Tabasco y tampoco fue requerido por la justicia, incentivó la “resistencia civil” en una suerte de sedición para que la gente en Tabasco no pagara la energía eléctrica y tampoco tuvo consecuencias legales.

Andrés jamás ha enfrentado a la justicia por su talante pendenciero y como no ha tenido consecuencias por ello, lo sigue haciendo incuso ahora en su vejez. Mientras fue candidato vociferó que su política internacional iba a ser apegada al derecho internacional, es decir a la NO INTERVENCIÓN, sin embargo, desde el primer día de su mandato se ha metido en problemas porque piensa que no sólo es líder de México, sino de América Latina.

Tuvo ya problemas con Brasil, con Bolivia, Con España, con Argentina, con Estados Unidos, con Ucrania, con Israel porque su verborrea es tal, que no tiene la capacidad de medir las palabras con las que se refiere a la política interior de otros países y por lo mismo causa conflictos externos de los cuáles México casi ya no tenía memoria.

El Principio de la No Intervención, es la OBLIGACIÓN de los Estados de abstenerse de intervenir, directa o indirectamente en los asuntos internos de otro Estado con la intención de afectar su voluntad y obtener su subordinación. Este principio ha sido reiteradamente violado por López en lo que va de su sexenio, que gracias al tiempo, ya pronto terminará.

Por supuesto que nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos contempla en su artículo 89, el principio de No Intervención, pero ya sabemos que lo que menos le importa al peje, es respetar la Constitución, es más, trae una propuesta para cambiarla e insertar en una nueva, la posibilidad de que se reelija y de someter al ejecutivo los poderes legislativo y judicial.

Pendenciero que es, ahora resulta que ante los ojos del mundo, el peje es una víctima porque un imberbe y muy limitado Presidente de Ecuador de nombre Daniel Noboa, producto de una desgracia, se le ocurrió sitiar e intervenir con su ejército, la embajada de México en Ecuador, algo que vulnera el tratado de la Convención de Viena respecto de las garantías que tiene una embajada de un país en otro.

Sin embargo, nada de eso hubiese pasado, si la lengua del peje no hubiese apuntado filosa a la política interna del Ecuador. Hay que recordar que en la contienda a la presidencia de ese país, el candidato Fernando Villavicencio fue asesinado y los cables internacionales apuntaron que los cárteles de la droga mexicanos, estaban detrás del magnicidio, porque Villavicencio había acusado a México de solaparlos para que, desde territorio mexicano, abarcaran espacios en otros países de centro y sur América.

López obvio apoyaba a la candidata del izquierdista Rafaél Correa, acusado de relacionase con el narco y, luego de la muerte de Villavicencio y el triunfo de su sustituto Daniel Noboa, le dio asilo político en la embajada de México a Jorge Glass, el ex vicepresidente ecuatoriano con Rafaél Correa acusado de peculado y de robarse millones de dólares provenientes de aportaciones obligatorias de los funcionarios de gobierno y del alza momentánea del Impuesto al Valor Agregado (IVA) después del terremoto que devastó al país.

Quizá si el peje le ofrece asilo al funcionario corrupto y no dice nada más, las cosas ahí hubieran quedado, pero se le ocurrió insultar la memoria de Fernando Villavicencio y ahí las tomaron otro matiz, no solo porque Ecuador no va a permitir el salvoconducto para que Jorge Glass salga de su territorio, sino porque el presidente y el pueblo ecuatoriano se sienten agraviados por López y, con razón.

Como quiera que sea, es condenable la intervención militar de los ecuatorianos en la embajada de México, pero no es fortuita y tiene que ver con el INTERVENCIONISMO del presidente mexicano, la buena noticia, es que López, ya se va.

@leyvaguilar
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