Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Estamos apenas terminando febrero y el estiaje en todo Oaxaca es ya terrible. Luego de la inseguridad, el problema de la falta de agua es desesperante no solo en la ciudad capital y los municipios conurbados, sino en varias partes del estado.
Las altas temperaturas que ha registrado la entidad, mantienen activos once incendios forestales de magnitudes dantescas, al grado de que los municipios donde se están registrando estas conflagraciones como San Mateo Río Hondo o Quiaviní Tlacolula están pidiendo ayuda de los municipios vecinos porque el gobierno del estado, no más no sabe qué hacer.
Hay una Comisión Estatal Forestal (COESFO), pero es inoperante porque el gobierno federal ha quitado los recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), que servían entre otras cosas, parea atender imponderables como los incendios y ahora, con recortes al presupuesto estatal de poco más de siete mil millones de pesos, pues no tienen cómo hacer frente a estos problemas.
Las altas temperaturas son una parte del problema, otra parte importante es la falta de educación de la población que dejan brazas encendidas, tiran colillas de cigarros o rompen botellas de vidrio que, al calor del sol, son capaces de comenzar un incendio como los que se han registrado últimamente. Aparte están las rozas para siembra, que se incrementarán conforme se acerque el periodo de lluvias… que esperemos sí llegue.
A todo eso se suma el estiaje, no hay agua en Oaxaca y eso no había sucedido en décadas. Tampoco se habían suspendido las labores de los servicios administrativos del gobierno del estado por falta de agua, mucho menos clases en escuelas y eso ha estado sucediendo en nuestro estado por falta del líquido vital.
Y si no hay agua para abastecer hospitales, escuelas, hoteles, restaurantes y casas habitación, pues menos hay para sofocar incendios. Ni la COESFO, ni el Heroico Cuerpo de Bomberos tienen agua para sofocar siquiera un incendio de pastizales, mucho menos para hacerle frente a uno de magnitudes infernales como el de San José el Pacífico.
¿Y Salomón Jara?, pues bromeando con que en Oaxaca no hay caos, sino “cabien”. El muy limitado gobernador del estado, está sumido en los escasos datos que le caben en su dañada cabeza con los que solo atina a bromear y, por tanto, no existe una respuesta del estado, para ayudar a comuneros y ejidatarios que arriesgan su vida para sofocar los incendios y salvar sus bosques, arboledas éstas que son garantía de que las lluvias pueden llegar en próximos meses pero que si son consumidas por las llamas, no se presentarán de manera normal.
Y mientras Oaxaca arde, social y literalmente, el gobernador indígena insiste en que “no habrá impunidad”, refiriéndose siempre al pasado donde parece que se quedó, porque si alguien es producto de la impunidad, es precisamente él que desapareció de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Forestal, unos mil millones de pesos que nunca comprobó, como bien lo señala la ex contralora Perla Woorlich.
Y como si fuera broma, ayer el “gobernador” Salomón entregó en un acto público 5 mil tinacos, cuando lo que falta es agua, no dónde ponerla.
Pobre Oaxaca en manos de un inepto e ineficaz político.
@leyvaguilar
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