Por. Fernando Cruz López.

La sobre explotación del agua en la capital Oaxaqueña y en todos sus municipios conurbados es tremendamente exagerada, todos los días, a todas horas, decenas de pipas, muchas de ellas irregulares, circulan por la ciudad y sus colonias vendiendo el vital líquido que sacan de cientos de pozos clandestinos que son perforados por todos lados sin que nadie los haya regulado y sin que autoridad alguna intervenga en serio.

Hay que destacar que es fundamental reconocer el agua como un derecho humano básico, no como una mercancía de la cual se pueda abusar en busca de ganancias económicas. La extracción no regulada y descontrolada por parte de los piperos en nuestra ciudad está ocasionando la sobreexplotación de acuíferos, alterando el ciclo natural del agua, disminuyendo la recarga de fuentes subterráneas y provocando un grave impacto ambiental que afecta no solo a los ecosistemas locales, sino también a la disponibilidad de agua para generaciones futuras.

La actividad de los piperos a menudo se desarrolla en un marco de legalidad cuestionable, donde la falta de regulación y supervisión permite prácticas insostenibles, este tipo de extracciones no reguladas fomentan la inequidad, ya que el agua se desvía de quienes más la necesitan hacia quienes pueden pagar más, exacerbando las desigualdades sociales y el acceso desigual a este recurso esencial.

Para abordar este problema, es imperativo que el gobierno del estado en coordinación con el congreso local implemente y refuercen regulaciones que garanticen una gestión sostenible del agua. Esto incluye establecer límites claros para su extracción, así mismo hay que asegurarse que todas las operaciones de extracción y venta estén debidamente monitoreadas, y promover inversiones en infraestructura hídrica que mejoren el acceso al agua para todos, especialmente para las comunidades más desfavorecidas.

Comunidades como Tlalixtac de Cabrera, san Sebastián y san francisco Tutla, pueblos del valle de Etla y varias colonias de la capital del estado, son los que tienen muchos pozos profundos perforados en la clandestinidad, de ahí es donde sacan los piperos la mayor parte de agua que andan vendiendo en toda la ciudad y sus municipios conurbados y la demanda crece todos los días.

Por ello es urgente frenar la explotación descontrolada del agua por parte de los piperos, no es solo una cuestión de regulación y aplicación de la ley, sino también de justicia social, equidad y sostenibilidad ambiental. Es hora de que todos los actores implicados tomen medidas decisivas para proteger este recurso vital, garantizando su disponibilidad para todas las personas.

La solución a la escasez de agua, no se logra poniendo por todos lados tinacos y regalando el agua, se necesitan medidas más serias y comprometidas para ponerle fin de una vez por todas a este criminal y muy lucrativo negocio del agua.

Para ello es urgente también la colaboración de la ciudadanía, para que donde vean que están sacando agua de los pozos denuncien de manera anónima ante la autoridad competente quienes lo están haciendo.

Recordemos que el agua es un recurso natural de todos y todos debemos estar involucrados en cuidarla. Sígame en X como @Visionpolitica7.

Compartir