Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Hay que poner nuestras barbas a remojar. Lo que sucedió el martes en Guayaquil y en algunas ciudades de Ecuador, es algo que debe ponernos a pensar a los mexicanos, porque eso nos puede pasar aquí en este año electoral, si Xóchitl Gálvez Ruíz se alza con el triunfo.
Y con esto no quiero decir que no debe ganar la Hidalguense, al contrario, lo que quiero decir es que con toda probabilidad tanto Morena como el Ejército y el Crimen Organizado, pueden tratar de reventar la elección por instrucciones de López Obrador.
Ecuador está en estado de sitio, a un paso de la guerra civil porque no ganó la candidata de Rafael Vicente Correa Delgado, el controvertido ex presidente populista que duró tres periodos presidenciales consecutivos y gobernó 10 años, cuatro meses y nueve días.
Los gobiernos populistas de américa latina, son casi una copia todos: culpan al Imperio Yanqui de la desgracia americana, tienen “otros datos”, militarizan, asumen el control de los medios de producción muchas veces estatizándolos, controlan los medios de comunicación masiva, persiguen a sus opositores, aumentan la pobreza para que al través de la dádiva tengan el control social, pactan con el crimen organizado y los consume la corrupción, no falla, todos son iguales.
Ese fue el caso de Rafael Correa que en un principio atrajo inversiones a Ecuador pero la posibilidad de perpetuidad en el poder, obnubila a cualquiera, tienta hasta al más mesiánico de los políticos y ni el pequeño país centroamericano, ni su presidentito, fueron la excepción.
Por eso al asumir el cargo Daniel Noboa, sucesor de Fernando Villavicencio en la candidatura después del asesinato del segundo en plena campaña electoral (¿les suena familiar la historia?), las huestes del crimen organizado, tomaron por asalto a ciudades enteras como Guayaquil donde hombres armados y encapuchados irrumpieron en un programa de televisión que estaba al aire.
Daniel Noboa tuvo que decretar un estado de excepción, para darle a las fuerzas armadas y a la policía la posibilidad de actuar en consecuencia con lo que los criminales estaban haciendo y tratar de reestablecer el orden alterado por descomunales fuerzas criminales.
Si me apuran, puedo pensar que lo sucedido en Ecuador, es un ensayo de lo que puede pasar en México si Xóchitl Gálvez gana, es medir el agua a los camotes antes de actuar en un país vecino del imperio, por eso están esperando la reacción de los gringos respecto de lo que pasa en Ecuador.
No se olviden de que la muerte de Fernando Villavicencio en plena campaña electoral, fue achacada a criminales mexicanos, específicamente al cartel presuntamente preferido el peje, el de Badiraguato Sinaloa al que tantas deferencias ha brindado nuestro mandatario.
El asalto a medios de comunicación y universidades en Guayaquil y Quito, se lo adjudicaron a mafias locales cuyos capos habían escapado de prisión sospechosamente un día antes de los atentados, pero esos grupos criminales locales, de acuerdo a reportes de inteligencia, estarían asesorados por criminales mexicanos.
Los grupos antagónicos en Ecuador, también son aconsejados por grupos criminales antagónicos en México: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación y si estos dos grupos criminales pueden hacer lo que hicieron en otro país, imagínese usted lo que pueden hacer en México, si las elecciones no les favorecen.
Con esto, no quiero infundir miedo, aunque de alguna manera el mismo gobierno del peje ha infundido ya la teoría del pánico desde la elección de 2021 permitiendo el asesinato de candidatos y la incursión abierta y descarada del crimen organizado en las elecciones. Por tanto, podríamos tener un escenario muy parecido si en 2024 no hay un triunfo contundente e irrefutable de la oposición.
Así que, sin miedo que somos millones.
@leyvaguilar
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