“La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros” (Jn 1,14) A todo el pueblo que peregrina en Oaxaca:
Deseo que en todas las familias oaxaqueñas reine la paz y el amor de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ilumina para vivir como hermanos e hijos de Dios.
Que la Navidad sea una gran celebración en la que podamos contemplar el pesebre, más que una bonita tradición, es una maravillosa ocasión para poner a Jesús en el centro de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra sociedad. Sintamos el gran amor que nos tiene; hoy ha nacido el Dios que se hace hombre, que sea Él quien ilumine nuestras limitaciones humanas y las tinieblas que aún cubren al mundo.
Este es un acontecimiento de contemplación que nos llena de alegría, para todos los que tenemos esperanza en Dios y queremos encontrarnos con su mirada, pues quienes no lo aceptan viven en la obscuridad, el error, el egoísmo, la indiferencia y la mentira; esta alegría no te la puede quitar el mundo, pues es el Niño Dios quien te la da, al nacer como Cordero inmaculado que nos invita a cuidar nuestra casa común y estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos, a ejemplo de los pastores, que a pesar de la penumbra y del frío de la noche, han encontrado juntos la riqueza en la presencia de Jesús.
Que nuestro encuentro con el Salvador del mundo, que viene a colmar nuestra vida, sea la razón y motivo para no sentirnos solos.
¡Feliz Navidad!
Con mi oración y bendición.