MORENA y el cascajo tricolor

RAÚL NATHÁN PÉREZ

“Pues acostumbro a pasar al campo enemigo, no como tránsfuga sino como explorador” Séneca, Epístolas morales, II.5 p.160.5.2)

1).- Ansiedad extrema
La sucesión de 2024 se ha convertido en una epidemia de ansiedad, nerviosismo, desesperación. No se equivocó Thomas Hobbes al considerar el poder como un ansiolítico. Nuestro sistema político es hoy en día una cloaca pestilente, en donde la dignidad es el último reducto de cordura. El trapecismo y el futurismo; la falta de principios y la sumisión, son el síntoma de estos tiempos electorales. Brincar de un partido a otro sin rubor alguno, ni cargo de conciencia o gratitud, muestra de cuerpo entero a los traidores, tránsfugas, trepadores y oportunistas. Sus antiguos correligionarios serán en breve sus más soterrados adversarios, sobre los que hay que descargar su bajeza. “Porque la gratitud –decía Tácito- se considera una carga y el deseo de poder, comodidad”. (Historias, Libro IV, 3, p. 122).

La historia del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), hay que verla como la confluencia de los peores vicios. Es el depósito del cascajo de otros partidos. Ésos (as) que hoy se arriman y acoplan, pronto le darán la vuelta cuando pierda la supremacía. Y así irán dando pena ajena, tocando puertas a la espera de que se las abran o les den portazo. Para F.Nietzsche existe una tendencia a tener poder y perpetuarse en el mismo. He ahí la persistencia de quienes, en nuestro medio, pretenden seguir de manera obsesiva en el ajo político. Ya bailaron pero no se sientan. Se embriagaron de poder cuando lo han tenido y no aceptan la resaca de estar fuera de la ubre. En menos de un año, luego de cuatro de amasiato con la 4T, el ex gobernador Alejandro Murat tiró la toalla tricolor de la que nunca tuvo convicción de pertenencia. No fue una sorpresa. Desde hace mucho bailaba en dos pistas.

2).- Servidumbre y vasallaje
Aprendimos de C.A. Sainte-Beuve, que “aquellos (as) que no respetan a quienes les han llevado al poder, su votos originales, ni a sí mismos (as), liberan a los demás del deber de respetarles”. (Napoleón Bonaparte, UNAM, México, 2016). En Oaxaca, cada día es más larga la lista de chapulines que, con habilidad circense han ido brincando a Morena o al PVEM. Y no se lanzan al vacío. Algunos (as) legisladores (as) locales lo han hecho desde la plataforma que les ha dado, justamente, el partido del que ahora defeccionan: el PRI. Los representantes populares, que llegaron no por campaña sino por dedazo plurinominal al Congreso local, Mariana Benítez, Samuel Gurrión y otros (as), ya se asumen en la camada legislativa federal del 2024, cual vasallos de la transformación. Como dijera con ironía Joseph Roth: “transitan del confort de lo que sin honor han recibido, a un obsequioso servilismo”.

Si bien AMLO y A. Murat hicieron clic durante la gestión de éste, para los amnésicos siempre hay un aide memoire. Hay que recordar aquel tuit del de Macuspana en 2016, cuando afirmó que “designar al hijo de Murat candidato del PRI en Oaxaca, demuestra que en vez de república existe una monarquía hereditaria y corrupta”. Una paráfrasis de don Daniel Cosío Villegas que calificó a la hegemonía priista del pasado como “una monarquía sexenal absoluta, hereditaria, por vía transversal”. Nada ético es pues, arrumbar así como así, al instituto político que lo encumbró en la gubernatura por ius sanguinis, sin militancia, sin trabajo político y, hoy se sabe, sin convicción. Tampoco es descabellado aquello de que, en nuestra política oaxaqueña hay que irse deslizando por una realidad en trechos cómica, en trechos miserable.

3).- Las cuentas pendientes
Al menos en Oaxaca, con quien asume serán sus nuevos correligionarios, Alejandro Murat parece no encontrar un terreno laxo y cordial. La diputada Mariana Benítez ya tuvo hace días una lección de frialdad y desprecio de “su bancada” de Morena. El gobernador Salomón Jara se ha referido a la mutación muratista, como un tema preocupante. Su desacuerdo es más que evidente. Ha reiterado que ello no implica impunidad con los temas que están en marcha. Hay auditorías y muchas denuncias. Sin embargo, también hay que reconocerlo, el morenista de nuevo cuño –AMH- trastoca el proyecto jarista de apuntalar a sus leales y rompe el esquema de negociación con la cúpula de Morena. Sabe que la decisión de aquel émulo de Cayo Calígula, que ha dejado entrever que “no hay más que un dueño, no hay más que un rey”, es irrebatible y llevará al ex priista converso al Senado.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Justo cuando el cachorro tiraba la toalla tricolor, José Murat dejaba en un acto de congruencia y ética política, la Fundación Colosio. Eso fue el 18 de noviembre. Cuatro días después fue relevado en ausencia. Así no cavará por dentro, mientras el hijo golpea por fuera, como dijo en un artículo Luis Farías Mackey. Empero, ello dista mucho de aplicarse la lección que dejó don Fernando Gutiérrez Barrios: en política hay que saber retirarse a tiempo. Es un hecho: no renunciará a su feudo tricolor, que es Oaxaca.
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