Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Hay una verdad incontrovertible y esa es que tanto Claudia Sheinbaum como Clara Brugada llegan a la contienda electoral, con desventaja. La primera -dicen los que saben- fue derrotada por Marcelo Ebrard en la contienda interna nacional de Morena- por al menos 8 puntos porcentuales de diferencia y la segunda, fue arrasada abrumadoramente por Omar García Harfuch con 14 puntos porcentuales.
¿De qué nos habla esta realidad?, primero de que el peje ha impuesto a sus candidatas y que no le importa el derrumbamiento de Morena hacia su propio interior, él sabe que con carpetas de investigación, incluso a los propios miembros de su partido, controla la desbandada y por otro se siente con mucha confianza de ganar la elección de 2024 y seguir mandando al través de Claudia.
Pero si hay algo cierto, es que la confianza te puede hacer perder y eso lo debe aprovechar el Frente Amplio por México toda vez que en el camino a las candidaturas, las heridas que fueron fuertes y de machetazos entre los contendientes de Morena, va a ser difícil que sanen y, tal vez pueden decir que seguirán apoyando a Morena, pero el rencor que traen dentro, puede hacerlos trabajar para el Frente Amplio por México (FAM) o por Convergencia.
Decía yo que ambas candidatas del peje, llegan con desventaja. Tanto Claudia como Clara fueron perdedoras en sus contiendas internas y, por si fuer poco, Claudia asumió un papel de esquirol, una triste sombra de un caudillo cada vez más ensoberbecido y borracho de poder, por eso el destino de la corcholata de Morena, está echado.
Para ellas debe estar claro que el dedazo no es democracia, que la unidad en política es utopía y que toda la parafernalia de las encuestas es simple y llana simulación. Ellas, entiendo, se sienten “juanitas”.
Solamente que el peje se robe la elección -lo que seguramente hará- entonces Claudia se convertirá en la primera Presidente de este país, pero no mandará, no podrá gobernar porque deberá hacer absolutamente todo lo que le indique el mesías de Macuspana y estará cierta, como ya lo está, que si desobedece, el mismo peje le va a revocar su mandato con una de esas consultas ciudadanas patito que hace.
Si llegara a ganar Claudia – que mi boca se haga chicharrón- tendremos en México no a una presidente, sino a una marioneta, a un títere que bailará al ritmo de las manos del peje que será quien mande tras bambalinas. No la va a dejar ni siquiera proponer cosas, como ya le quedó claro y será entonces la primera mujer que pasará a la historia como una triste sierva de un dictadorzuelo ocurrente.
Clara Brugada, tampoco tiene los arrestos para ganar la elección en la Ciudad de México, porque tiene enfrente a uno de los jefes delegacionales más eficientes de toda la ciudad, me refiero a Santiago Taboada alcalde de la Benito Juárez que es una de las delegaciones con más desarrollo social de la Ciudad de México, muchísimo más que Iztapalapa gobernada por Brugada que es una de las delegaciones más peligrosas.
Entonces la única posibilidad que tiene el peje, es robarse la elección y seguramente lo tratará de hacer porque tiene una cadena de posibilidades, primero está el dispendio de dinero de sus programas clientelares, luego los “cuervos” de la nación que están amenazando a los beneficiarios y obligándolos a poner las lonas de las corcholatas de Morena, luego está el ejército que también amedrenta y por último, están los narcos a los que muy probablemente utilice si ve que la contienda se inclina en su contra.
Pero el peje no ve -y no lo ha visto nunca- el factor externo. No ha medido la mala fama que ha creado en el exterior y especialmente en Estados Unidos, nuestro poderoso vecino del norte que también influye en nuestra elección nacional. A la par están los países de la Unión Europea a los que tampoco les cae muy bien el populista “presidente”, así en minúsculas y entre comillas de México y ellos claro que pueden tener injerencia en las elecciones de 2024, porque al menos Estados Unidos, no va a permitir que se siga instaurando un narco estado en el patio trasero de su casa.
Por supuesto que la decisión es nuestra y por eso debemos perderle el miedo a la participación ciudadana, debemos perderle el miedo a Morena y sus secuaces y debemos salir a votar masivamente el domingo 2 de junio de 2024 para recuperar el país que teníamos antes de la desgracia de la cuatroté.
La oposición tiene una representante de alto nivel y tiene un proyecto definido que no hizo cualquier ocurrente hijo de vecino, sino un mexicano del más alto nivel, ex presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), acompañado de expertos en cada una de las materias que propone, me refiero a José Ángel Gurría Treviño.
Del otro lado, solo hay ocurrencias y opacidad.
@leyvaguilar
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