Francisco Alejandro Leyva Aguilar

El lema populista de la cuatroté es “ no puede haber pueblo pobre con gobierno rico” y obvio que se traslada a todos los políticos, debería decir así: “no puede haber pueblo pobre con político rico”, pero en la praxis no funciona así. Hay un gobierno millonario con un pueblo paupérrimo y además paulatina y cotidianamente depauperado por las decisiones de una sola persona.

La depauperación de la sociedad mexicana, es un asunto de toral importancia para la administración de López, mientras más pobres haya, más dependientes tendrá y por tanto, mas control, más votos, más elecciones ganadas… súmele a eso, el miedo que causan las ejecuciones diarias en diferentes estados del país, es decir, la imposición de la teoría del miedo que tanto le funciona a los regímenes totalitarios.

Andrés agarra el micrófono de una manera unilateral, sin permitir cuestionamientos, a manera de instrucción pública, más que de comunicación y crítica a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), diciendo que ganan cantidades obscenas de dinero y que los fideicomisos que están en proceso de extinción en la cámara de diputados, están diseñados para que todo el poder judicial viva con privilegios que el pueblo no tiene.

Es decir, pone el dedo en la llaga. Le dice a los pobres, a los jodidos -ese es su auditorio- que hay personas que viven con privilegios, (aunque esos privilegios sean logros laborales) y que les va a quitar ese dinero porque no puede haber Ministros ricos con pueblo pobre, por tanto, esos 15 mil millones de pesos -casi lo mismo que la estafa súper maestra de SEGALMEX- van a parar a las dádivas electorales que tanto necesita la gente jodida.

Por eso me encantó el reportaje que hizo Ciro Gómez Leyva ayer mismo, cuando se dio una vueltecita por las lujosas instalaciones de la Fracción Parlamentaria del Partido Morena en San Lázaro, ahí se encontró con que esos políticos millonarios del orweliano partido, si viven como reyes, con vehículos que rondan el millón y medio de pesos, con ambulancias, con oficinas a donde incluso van a maquillar a las diputadas o les dan de comer de manera escandalosa y lo que gusten a los representantes “populares”.

Esas diputadas y diputados de Morena que se rasgan las vestiduras para extinguir los fideicomisos del Poder Judicial, no tienen empacho en comparase una camioneta Tesla eléctrica con un costo con el que bien se podría comprar un año de tratamiento oncológico para un niño con cáncer o construir por lo menos unas 3 aulas para quitarle lo bruto a los mexicanos.

Claro que al líder hay que tratarlo mejor, como bien lo expresó Jorge Triana en tribuna al a acusar a Ignacio Mier no solo de estar involucrado con una persona que transporta armas -un arsenal, dijo-, sino también con pedófilos y con un presupuesto de casi 900 millones de pesos mensuales a decir de Germán Martínez que urgió que se transparente el destino de esos recursos.

Es evidente entonces que hay una doble moral en todo Morena, desde López que dice que es austero pero su chef se gasta 6 millones de pesos en insumos y sus hijos viven como reyes, hasta el más humilde de los morenistas que se sirven soberanamente bien en los estados de la república, por ejemplo el gobernador de Oaxaca, uno de los estados más pobres del país, que prefiere viajar en clase premier a juntarse con la chusma de clase turista en un vuelo de Villahermosa a su tierra natal.

La doble moral o el “doblepensar” dijera George Orwell en su novela futurista 1984, es una constante en todos los miembros de ese engendro de partido, uno que bien lo describió el escritor inglés después de imaginar un nuevo orden en el mundo apenas terminada la Segunda Guerra Mundial. Un nuevo orden donde solo hay un partido hegemónico que no tiene contrapesos, donde no hay diputados, ni magistrados, ni jueces, solo el Gran Hermano que vigila, no solo lo que haces y comes, sino hasta la que piensas.

Y para lograr ese nivel de control absoluto, es necesario que exista un pueblo pobre, jodido e ignorante, al que le puedas cambiar hasta su propia historia y un partido muy rico que todo lo pueda al través de la manipulación, la instrucción, la persecución, el dolor, el hambre y el miedo, dirigido por el Gran Hermano… una sociedad o, mejor, un país orweliano.

Lo bueno, es que México no es Cuba o Corea del Norte, mucho menos Venezuela o Nicaragua y por eso la manifestación del domingo que, aunque el peje la minimizó, yo creo que sí lo debe tener, por lo menos preocupado.

@leyvaguilar
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