Francisco Alejandro Leyva Aguilar
En la exquisita mesa de seguridad estatal convocada por el remedo de gobernador que tenemos, hablaron de muchas cosas y del hartazgo que tiene el mandatario por los crímenes cometidos por las organizaciones sindicales como el CATEM al que acusa, sin comprobar, que es el culpable del cobro de derecho de piso a tortilleros y otros productores.
Por supuesto que hay algo de eso con las agrupaciones gremiales que se sienten dueñas y señoras de la capital del estado y de sus municipios conurbados, pero a Salomón Jara le toca actuar, no solo quejarse, él es quien ostenta el poder y es el mando superior de los cuerpos de seguridad de Oaxaca, pero pareciera que al serrano le da miedo.
Jesus Romero, el limitado secretario de gobernación, aceptó que 4 de cada 10 delitos no se denuncian en Oaxaca lo que quiere decir que el 60 por ciento si está en las carpetas de investigación, pero habría que preguntarle al hirsuto secretario cuántas de esas carpetas llegan a una sentencia.
Por que si hablamos de que el 40 por ciento de los delitos no son denunciados, mucha culpa la tiene el propio gobierno que, no recibe las denuncias y cuando las recibe no investiga y cuando investiga, no concluye ni castiga, por eso la ciudadanía tiene una decepción sobre el sistema de justicia oaxaqueño.
Las encuestas de percepción en la entidad y son mediciones de este sexenio, nos dicen que el oaxaqueño desde que Salomón Jara es Gobernador, se siente más inseguro, porque ve a cada rato, ejecuciones en las calles de la capital y de sus municipios conurbados y en regiones como la costa, la sierra y el istmo de Tehuantepec que prácticamente son asoladas por la delincuencia organizada.
Pero si los delitos del fuero federal nos dan horror a los conciudadanos, porque vemos las imágenes del crimen organizado realizando ejecuciones en bares, cantinas, establecimientos comerciales, en taxis, mototaxis y demás miembros del servicio público, también se han incrementado los robos en casa habitación, a transeúntes, en vehículos, extorsiones, secuestros y fraudes.
Así como Salomón Jara tiene identificados a los sindicatos que cobran derecho de piso, también sabe que hay bandas criminales de extorsionadores que vienen principalmente de Colombia a otorgar préstamos a ciudadanos oaxaqueños para luego estafarlos con los intereses que van desde el cobro diario, hasta el anatocismo.
Si una familia por necesidad pide prestado a estos sujetos, lo que va a adquirir es una deuda impagable que le puede costar sus pertenencias como su vehículo o su casa e incluso la vida, porque esos criminales prestan dinero para, de alguna manera, lavarlo porque proviene de hechos ilícitos.
Esos criminales lo que quieren, es que la deuda que contrataste con esos modernos agiotistas, se vuelva impagable para que, en una carambola de dos bandas, se queden con tu propiedad y laven un dinero ilícito con la posterior venta del bien que te robaron. No hay ninguna buena intención en un préstamo sin aval, sin protección y sin garantía, porque lo que está de por medio, es no solo tu patrimonio sino también tu vida.
Salomón lo sabe y no hace ni siquiera una campaña de prevención en los medios masivos de comunicación para que la gente esté enterada de los riesgos que corre al pedirle prestado a esos criminales y, sin embargo, organiza un foro de buenas intenciones que irá a parar a la cámara de diputados pero que no servirá de mucho, porque los que deben de estar enterados lo ignoran. Si le interesa una campaña de prevención del delito, bien le puede pedir a su argentino que es el que manda en Comunicación Social para se ponga las pilas y ayude, en vez de gastarse el dinero de los oaxaqueños quién sabe en qué placeres.
La cifra de más de 600 asesinatos, entre ellos varios feminicidios desde que Salomón es Gobernador, si tiene implicaciones graves porque desde ya, éste ha sido el sexenio (que apenas tiene unos 9 meses) más violento de la historia de Oaxaca.
Pareciera que el reacomodo de las fuerzas del crimen organizado, está ensangrentando a Oaxaca de manera espectacular y no hay una fuerza de respuesta que pueda controlarlos y no porque no la haya, sino porque el gobierno no sabe usarla.
En medio de todo este baño de sangre, ayer llegó a Oaxaca Ken Salazar a presumir la obra del interoceánico y a traer potenciales inversores a la entidad sobre todo de la Consejo Coordinador Empresarial (CCE), sin embargo en dicha reunión, nunca se trató el índice delictivo que priva sobre todo, en la región del istmo de Tehuantepec.
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