Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Hoy es 19 de septiembre y no se si por energía humana que piensa en la tragedia de 1985 y de 2017, se repite cada año, es decir tiembla en algunos estados de México en esa fecha. Hoy habrá un simulacro para conmemorar esos sismos y a los hermanos que perdieron la vida en esos acontecimientos.
Por cierto, en 2017 colapsó el Colegio Enrique Rébsamen en donde murieron 26 personas, entre ellas 19 infantes que los carga en su memoria la ex jefa de gobierno que en ese tiempo era la jefa de la delegación Tlalpan Claudia Sheinbaum Pardo y que hoy, es la corcholata de Morena para suceder al mesías tropical.
El Rébsamen no se cayó solamente por el sismo de 7.1 grados, sino porque los estudios posteriores arrojaron que hubo corrupción en la construcción de un piso extra que pesaba 250 toneladas más y esos permisos los otorgó la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Claro que hubo sentenciados, de entrada la dueña del colegio Mónica García Villegas que fue sentenciada inicialmente a 14 años de prisión pero luego sede la ampliaron a 36 con un cargo de homicidio culposo y actualmente se encuentra presa en el penal femenil de Santa Martha Acatitla.
Ella fue acusada de haber construido de manera ilegal un piso de más de 250 toneladas cuyos cimientos no resistieron y terminó colapsando, pero no solo fue ella la que está presa, también metieron a la cárcel al responsable de la obra Juan Mario Velarde Gámez, él como director de obra fue acusado también de homicidio doloso. Hubo otros implicados que también están presos y uno que está prófugo.
Sin embargo la misma Claudia Sheinbaum delegada en Tlalpan sostuvo que la construcción de ese inmueble porque “las normas de construcción que en ese momento se encontraban vigentes para ese año de 2003, permitían la regulación para suelos mixtos”.
Por eso en 2003 con el oficio de folio S10001/2003, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) certificó el inmueble construido en la delegación Tlalpan como “un lugar de impartición de educación pre-primaria y primaria y compraventa de material y equipo educativo”, con esto avaló el uso de suelo que se le estaba dando al inmueble.
Después en 2014 y luego de un sismo de 7.2 grados el arquitecto e ingeniero Juan Mario Velarde Gámez, quien fue el director responsable de la obra, hizo constar que la edificación del Colegio Enrique Rébsamen “contaba con los equipos y sistemas de seguridad, para situaciones de emergencia previstas en el reglamento de constructores para la Ciudad de México.
No obstante, el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) que es un organismo verificador de obra pública en la Ciudad de México, fue alertado en 2016 de que se construiría un Jardín de Niños en la parte superior del mencionado Colegio y determinó que la documentación presentada, podría ser falsa, por lo que la institución interpuso una demanda penal en contra de los dueños del Rébsamen.
Y, a pesar de que el INVEA recibió la denuncia de la construcción del inmueble, la institución mandó a sus expertos a verificar y determinó que el tipo de construcción era inadecuada, por lo que “invitó” al colegio a dejar de funcionar como centro educativo hasta regularizar esa situación.
Cabe hacer mención aquí que el INVEA no es una entidad que pueda detener una obra, eso le correspondía a la jefa de la delegación de Tlalpan que fue Claudia Sheinbaum y que, a pesar de que conocía de primera mano todos los dictámenes, nunca lo hizo, las consecuencias las tuvo al siguiente año el 19 de septiembre cuando se vino abajo una construcción que era evidentemente irregular y que recibía diariamente a niños inocentes.
Hay presos y hay prófugos por este asunto, pero quién pudo evitar de alguna manera la tragedia, ahora es candidata a suceder a López. ¿Por qué Claudia Sheinbaum no clausuró esa obra y le retiró ls permisos para dar clases a la dueña del Colegio Rébsamen?, me parece que esa es una pregunta que se tienen que hacer todos los mexicanos porque la respuesta más acertada me parece que es CORRUPCIÓN, corrupción que dejó familias enlutadas por la pérdida de lo más sagrado que tiene un padre o una madre y que son sus hijos.
La corcholata del peje ya tiene manchadas las manos de sangre, no solo por el Rébsamen, también por la línea 12 del metro y por las muertes que han ocurrido en el Sistema de Transporte Colectivo por falta de mantenimiento, pero esa, es otra historia.
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