Por: Fernando Cruz López.

Sin duda alguna que la participación de un contingente de militares rusos en el tradicional Desfile Militar con motivo del Día de la Independencia realizado el pasado sábado en la capital del país, fue un paso en la dirección equivocada, pues nada tenían que hacer esos militares en una parada cívica cien por ciento mexicana, en donde el reconocimiento y los aplausos deberían de ser para nuestras gloriosas fuerzas armadas, justo en estos tiempos en donde han sido criticados tan duramente por diversos sectores de la sociedad.

Hubo quienes argumentaron que la presencia del contingente de militares rusos reforzaba los lazos entre ambas naciones, mientras que otros expresaron su preocupación ante la posible influencia geopolítica que esto podría conllevar. En este contexto, resulta fundamental analizar detenidamente las implicaciones de este hecho y plantearnos si la presencia de dichos militares en un desfile mexicano realmente era necesaria y estratégica.

Es bien sabido que México ha buscado mantener relaciones diplomáticas y comerciales con diferentes países a lo largo de su historia, y Rusia no es la excepción. Sin embargo, resulta cuestionable que esta colaboración se exprese a través de la exhibición de su poderío militar en un desfile mexicano. Aquí radica uno de los principales motivos por los cuales la presencia de los militares rusos no era adecuada: el desfile es un evento que, por excelencia, simboliza la unidad y el orgullo nacional, y debe centrarse en exaltar los logros y capacidades de las fuerzas armadas mexicanas.

Además, debemos tener en cuenta que México y Rusia presentan diferencias significativas en sus trayectorias históricas, políticas y culturales. La presencia de un contingente militar extranjero en un desfile mexicano podría interpretarse fácilmente como una injerencia o incluso una intromisión en los asuntos internos de nuestro país. Es necesario recordar que México es una nación soberana, con su propio ejército y capacidades militares, y el enfoque del desfile debería ser resaltar precisamente eso: la fortaleza y el compromiso de nuestras propias fuerzas armadas.

Es fundamental pues, tener claridad sobre los objetivos de la participación de otros países en eventos como un desfile militar. Si bien la colaboración y el intercambio entre naciones son aspectos valiosos, en este caso en particular la presencia de un contingente militar ruso no se alineaba con los verdaderos fines de este tipo de eventos. En lugar de destacar los logros y capacidades de su propio ejército, la atención se desvió hacia una exhibición extranjera, lo cual es contraproducente y diluye el propósito principal.

En conclusión, la participación de un contingente de militares rusos en el desfile en México no fue adecuada ni estratégica. Esta exhibición extranjera comprometió la unidad y el sentido de pertenencia que debería promover un desfile militar. Además, plantea preocupaciones de índole geopolítica y podría interpretarse como una injerencia en los asuntos internos de nuestro país. Es responsabilidad de México velar por su soberanía y mantenerse neutro en las disputas internacionales. En futuros eventos de esta naturaleza, es importante respetar y resaltar los logros y capacidades del ejército mexicano, sin distracciones innecesarias o riesgos geopolíticos…Sígame en Twitter como @visionpolitica7

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