Francisco Alejandro Leyva Aguilar
De la autoridad republicana, a la pobreza franciscana. López ha gobernado México con una serie de paradigmas que, en vez de ayudarlo al desarrollo, lo han sumido en la pobreza económica y hasta alimentaria debido a los altos índices de inflación que se presentan en todo el mundo pero que se agravan en México por el cobro de piso del narcotráfico. Si la inflación de productos y servicios está por encima del 7 por cierto, la inflación alimentaria ha llegado a un escandaloso 14 por ciento.
La trillada frase de López “por el bien de todos primero los pobres”, no es más que un discurso demagogo que en la praxis lo que ha hecho, es justamente más pobres a los mexicanos, tan pobres que ahora ya no tienen para comprar comida y tiene su lógica política porque como lo dijo el propio amlo, los pobres para la cuatroté solo son un porqué electoral; es decir, del gobierno de López jamás saldrá una política publica para acabar con la pobreza, solo dádivas electorales.
Recuerdo que quien hoy nos gobierna -mal gobierna es la definición correcta- criticaba al entonces Presidente de México Enrique Peña Nieto porque no acababa con la pobreza, el priísta -que por cierto nunca prometió acabar con los pobres- hizo algo que nunca antes se había hecho: contó a los pobres y los subdividió en personas pobres y en pobreza extrema, es decir en pobreza alimentaria.
Y entonces inició la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH), encabezada en un principio por la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, archienemiga de López que por cierto, la metió a la cárcel al inicio de su sexenio por venganza política más que por culpabilidad, ya que hoy está exonerada.
Rosario Robles se convirtió en la mamá de México y trabajó incansablemente por los 7 millones de mexicano que vivían en pobreza alimentaria. Se crearon así los Comedores Comunitarios donde había una asociación simbiótica entre las comunidades y el Gobierno Federal para alimentar a aquellas personas que estaban en esa condición. SEDESOL era realmente una Secretaría a la que le importaba el Desarrollo Social y no la dádiva electoral.
Como una antítesis del rey midas, el peje llegó al gobierno y convirtió la SEDESOL en la Secretaría del Bienestar, desapareció los Comedores Comunitarios y de los 80 programas de apoyo que hoy tiene, solo 6 han salido librados de la opacidad, el fraude, las irregularidades y la corrupción de acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y el Consejo de Evaluación de los programas sociales del gobierno federal (CONEVAL).
Enrique Peña Nieto entregó el país con 52 millones de pobres que tenían por lo menos para comer y 3 millones en pobreza alimentaria. Al 2022, el peje suma ya 57 millones de pobres y no tiene ni la más remota idea de cuántos de esos pobres, no tienen ni para comer, porque lo suyo, no es el diagnóstico, sino las elecciones.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), contabilizó en 2018 cincuenta y dos millones de pobres en México de un universo de 129 millones de personas y para 2020 sostuvo: “México tendrá la cuarta proporción más alta de población en pobreza de América Latina y el Caribe”, lo que equivale a que en ese año México ya tenía 55.6 millones de pobres.
Por supuesto que la CEPAL ofrece un diagnóstico del porqué México está creciendo su pobreza y explica que las causas son dos, ambas relacionadas con la política económica implementada por el peje; la primera es la inflación que tiene su origen en la pandemia pero que en México nos pegó de manera contundente por la falta de estrategia del gobierno y la segunda porque México ofrece el cuarto estímulo fiscal más bajo de los países que integran a América Latina y el Caribe, estimado en solo 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto, es decir no motivamos el emprendimiento y por tanto en este año que terminó, los pobres aumentaron a 58.1 millones, es decir -dice la CEPAL- 6.5 millones de pobres más en lo que va del gobierno del peje.
Reducir el gasto en políticas públicas para el desarrollo social, solo agrava el problema, pero además invierte en megaproyectos inviables que no le representan a las clases pobres ningún beneficio ni económico, ni en desarrollo social, por tanto, no sirven, no está trabajando para abatir la pobreza sino para aumentarla.
No tengo idea si la política económica del peje fue deliberada, si lo fue entonces quería que en México hubiese más pobres y menos clases medias que lo cuestionaran, si por el contrario no fue deliberada entonces peor, porque no sabe lo que hace.
Quizá por eso cambió el indicador internacional del Producto Interno Bruto y le puso índice de “bienestar” de “felicidad” porque lo que quiere son pobres y pendejos pero felices para seguirlos utilizando.
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