Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Sería bueno que alguien le explique al “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, que el concepto de R E F O R T E S T A C I Ó N, no es exactamente lo que él piensa -si es que piensa-, ni se limita a unas cuantas especies que se le ocurrió que deberían sembrarse.
López ha presumido su programa “sembrando vida” como la panacea en materia de reforestación y cuidado del medio ambiente. Yo no sé quien lo convención de tan estúpida decisión porque lo que está logrando, es exactamente lo contrario a lo que se propone.
Recuerdo que en una entrevista que le hizo Carmen Aristegui cuando aún era candidato, el peje prometió que en la construcción del controversial Tren Maya, no iba a talar un solo árbol. Le volvió a preguntar Carmen ¿ni uno solo?, y el peje necio y bocón como es, dijo “NI UNO SOLO”… lleva millones de toneladas de árboles asesinados en la selva maya y miles de hectáreas dañadas por su capricho.
Pero supongamos que su programa “sembrando vida”, va a corregir la tremenda deforestación del pulmón maya sembrando árboles frutales… ¿le parece a usted primero que sea posible y segundo que sea correcto?
Para Omar Felipe Giraldo, profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el programa “sembrando vida”, no toma en cuenta la amplia biodiversidad, ni las diferentes técnicas milenarias que existen en México. Para él, la ocurrencia forestal del peje ha causado DEFORESTACIÓN Y DEBILITAMIENTO DE LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA.
Sembrando vida, ofrece un subsidio a pequeños propietarios de 2.5 hectáreas y que además se encuentren deforestadas -eso no sucede porque en áreas que tienen foresta, lo aplican y contribuyen a la deforestación puesto que los campesinos tumban árboles para volverse beneficiarios y sembrar las especies que les manda el gobierno-
Giraldo explica que el programa muy lejos de propiciar la reforestación, ha propiciado la deforestación de unas ¡72 MIL 830 HECTÁREAS!, ya que con la finalidad de poder obtener el beneficio, algunos propietarios deforestaron sus terrenos para cumplir con el requisito.
La reforestación planteada por el programa, tiende a homogeneizar a solo dos, las técnicas de cultivo, lo que genera deforestación, erosión de suelo y la distribución de especies no endémicas, además de que promueve la fertilización industrial de las tierras, contaminándolas y esterilizándolas.
El experto de la UNAM, además de otros estudiosos como Aldo González, fundador y miembro de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca y Álvaro Salgado asesor técnico y coordinador del Departamento de Agro tecnología, Territorio y Comunidad del Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas, sostuvieron que “sembrando vida”, no está planeado para considerar la amplia biodiversidad y las diferentes técnicas milenarias que existen a lo largo de la república.
Y es que, cuando un programa ofrece dinero fácil y sin fiscalización, regularmente se corrompe, por eso -aunque haya habido una buena intención- el programa se ha desvirtuado por la búsqueda del beneficio económico que implica, eso por encima del beneficio ecológico que pudiera esperarse. Así en el padrón de campesinos inscritos, la mayoría lo hace por el subsidio, lo que además genera tensiones y la adquisición -con el dinero del subsidio- de productos alimenticios en vez de semillas para su cultivo.
La UNAM, al través de sus expertos como el propio Felipe Giraldo y Rebeca de Gortari del Instituto de Investigaciones de la Máxima Casa de Estudios, sostienen que el impulso a los subsidios tiene como consecuencia que el programa esté transformando a los campesinos, en empleados del gobierno federal, porque deja de lado las organizaciones regionales y obliga a una burocracia que no existía en las comunidades.
Esta subordinación de los campesinos a los requisitos del gobierno federal para recibir el apoyo económico, lo que ya ha generado es una pérdida de la autonomía para las comunidades, no solo a nivel económico, sino también a nivel social.
Es claro que el programa NO FUNCIONA y no lo hace también por la opacidad en el manejo de los recursos. La Auditoría Superior de la Federación (ASF), detectó irregularidades solo en el año 2020 para “sembrando vida” por 900 millones de pesos.
Las irregularidades ocurren desde que comenzó el programa en 2019 y lleva un acumulado de 2 mil 100 millones de pesos sin comprobar desde entonces, pero además, el CONEVAL ha detectado que no existe un análisis de la población objetivo y que sus reglas de operación no son claras, por eso ha salido reprobado en las mediciones de este órgano que evalúa la política de desarrollo social del Gobierno Federal.
Antes, en el gobierno de Enrique Peña Nieto existió un programa que premiaba con recursos económicos la conservación de los bosques para garantizar las Cuencas Hidráulicas, se llamó Pro-Árbol y funcionaba ¿por qué quitar lo que está bien? simple, por el resentimiento social del peje.
Las consecuencias de una ocurrencia como “sembrando vida”, ya se están sintiendo en el ambiente y se van a sentir más en problemas sociales.
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