Francisco Alejandro Leyva Aguilar
¿Cuántas veces comerá un mexicano promedio, una o más tortillas al día?. La tortilla es, me atrevo a asegurarlo, el alimento más importante en la dieta de los mexicanos, desde Tijuana hasta Mérida. Todo el territorio nacional, tiene a la tortilla como su principal alimento.
Nuestra fuente más grande de carbohidratos, es justamente ese amasijo redondo confeccionado en comales o en máquinas que las hacen casi de manera industrial, incluso las empresas harineras para hacer tortilla, son de las más rentables en nuestro país como MASECA y MINSA.
Chairos y Fifís comemos tortillas a diario, ya en tacos, ya como complemento para cualquiera de los guisos a lo largo y ancho del territorio nacional. El problema es que la tortilla está cada vez más cara y eso arrastra precios de todo lo que lleve maíz en su preparación.
Me dan risa los seguidores de López que presumen “un súper peso”, que se ha apreciado frente al Dólar, como un logro del Gobierno de la cuatroté, pero no se dan cuenta que nuestra economía está tan jodida, que la tortilla vale más que un dólar, es decir el kilo del alimento, supera los 20 pesos.
Y es que el producto base de la dieta mexicana, ha aumentado su valor en al menos 15 por ciento en lo que va de este desastroso gobierno de la cuatroté y el problema es que la inflación que está imparable, hará que el maíz y la tortilla, sigan incrementando su precio, cosa que pareciera, los chairos no ven.
Desde Agosto pasado a la fecha, el precio del kilogramo de maíz ha aumentado 8.7 por ciento, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), mientras tanto la tortilla hecha de maíz, tuvo un incremento de 2.4 puntos porcentuales respecto del mismo periodo (agosto de 2022 a enero de 2023).
Obviamente el gobierno del peje sale con paliativos en vez de una solución definitiva. López ordenó la compra en mayo del año pasado de 521 mil toneladas de maíz blanco -producidas en Estados Unidos- para abastecer a la población y contener la elevación de los precios del maíz y la tortilla por desabasto. El peje además destinó 150 mil toneladas a la industria de la masa y la tortilla, también con el fin de detener el alza.
Ese “remedio” de mayo no le sirvió en nada al gobierno y menos a los ciudadanos, porque desde 2021 el precio de la tortilla se ha elevado 15 por ciento. El precio de un kilogramo está hoy en 21.68 pesos casi tres pesos más que un dólar cuando con un billete verde, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, se podían compras hasta 3 kilos.
Hay municipios en estados de la república como en Sonora, donde el kilo de tortilla de maíz, ha alcanzado los 30 pesos y en el centro de México alcanza los 26 pesos por kilo lo que, para las familias más pobres de México es prácticamente impagable.
Y ¿qué está pasando en el campo?, pues es muy sencillo. Hay un programa del Gobierno Federal que se llama “sembrando vida”, un programa que por cierto López lo presume como la panacea de la producción y la generación de empleo pero la verdad es que no sirve.
Los diseños de productividad del programa, no contemplan las especies endémicas para la reforestación y, por tanto los agricultores a los que les pagan por sembrar árboles se sienten cómodos con las dádivas electorales y dejan de sembrar maíz.
No hay incentivos del gobierno federal para la siembra de maíz o granos como el trigo y, en vez de proyectarlos, el gobierno se va por la fácil y compra miles de toneladas de maíz para tratar de frenar la escalada de precios. Súmele además que el crimen organizado, dueño y señor de este país por decisión del peje, afecta toda la cadena productiva.
Por eso dan risa los chairos que creen que el peso es una moneda de fortaleza gracias a la administración de López cuando la verdad es que la estabilidad cambiaria del país, se la debemos a la autonomía del Banco de México que sube sus tasas de interés para contener la inflación, pero sin el respaldo que le debe dar el crecimiento económico que, en estos cuatro años de gobiernos ha sido CERO.
Qué bueno que el peso se mantenga fuerte frente al dólar, pero que malo que las decisiones equivocadas de un gobierno inepto, no puedan contener el alza de productos imprescindibles en la dieta de los mexicanos como la tortilla. Si seguimos en esa ruta, un taco será un producto suntuario, al que solo tendrán acceso los fifís que queden después de esta primera deformación del país. Al tiempo.
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