Alejandro Leyva Aguilar
El siguiente es un gran tema. Dice Hugo López Gattel, el Doctor Muerte, que los consultorios adyacentes a las farmacias, deben desaparecer porque no están regulados y en la mayoría de los casos los médicos no tienen cédula profesional y están coludidos con las farmacias para vender los medicamentos que les convienen.
Los diagnósticos, dice el insufrible Doctor Muerte no corresponden a la realidad de los pacientes porque recetan medicamentos que las farmacias tienen en rezago para poder sacarlas de las estanterías… palabras más, palabras menos, pero ese es un asunto que da mucho de qué hablar.
El problema fue causado justamente por las irresponsabilidades de un “presidente” así en minúsculas y entre comillas, que desapareció el Seguro Popular y colapsó el Sistema Nacional de Salud porque pensó que todo estaba corrompido, el resultado fue que millones de mexicanos se quedaron sin seguro.
Y ¿quién absorbió esa responsabilidad?, justamente las farmacias privadas que abrieron sus consultorios y que, dicho sea de paso, cobran una cuota mínima de recuperación que es para el médico que, por lo regular exhibe su título o su cédula profesional.
Fíjese usted el número. Los consultorios anexos a las farmacias, ofrecen CADA MES 10.5 MILLONES DE CONSULTAS, POR LO QUE AL DESAPARECER ESTOS 18 MIO EDSPACIOS MÉDICOS COMO LO PROPUSO EL DOCTOR MUERTE, IMPLICARÍA QUE MUCHAS PERSONAS NO RECIBAN ATENCIÓN MÉDICA, YA QUE POR EL MOMENTO, NO EXISTE UNA UNIVERSALIDAD DE LOS SERVICIOS DE SALUD.
No lo digo yo, sino el Presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México (ANAFARMEX), Antonio Pascual Feria quien también aseguró que los consultorios adyacentes a las farmacias, no buscan competir con las clínicas del sector salud, dado que son complementarios y ofrecen al rededor de 350 mil consultas al día con médicos CERTIFICADOS.
Es obvio que los médicos que atienden en esos consultorios, son contratados por las farmacias y deben de mostrar su cédula profesional, ellos mismos dicen que, por supuesto que están preparados y que los medicamentos que se sobre-recetan por enfermedades crónicas, previnieron durante la pandemia posibles muertes; de hecho ellos fueron el primer frente de ataque contra el COVID-19.
Así que los 18 mil consultorios adyacentes a farmacias que existen en el país, son utilizados por millones de mexicanos ante el ineficiente y burocrático Sistema de Salud que comprende los Servicios de Salubridad y Asistencia (SSA), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios de Salud para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Estos miles de consultorios representan la única opción para quienes no tienen seguridad social pagada por el Estado Mexicano, además de que fueron la primera línea de batalla frente a la pandemia y más efectivos que los mismos servicios de salud que el peje prometió, estarían a nivel de los de Dinamarca o Canadá.
Los usuarios de estos servicios, muchos de ellos derechohabientes de los servicios de salud han dicho que prefieren estos consultorios porque así evitan hacer colas interminables en el IMSS o en el ISSSTE para ser atendidos y para que sólo les receten un paracetamnol que es el único medicamento que hay en esos nosocomios del Estado Mexicano.
Las ocurrencias de un “presidente” que no midió las consecuencias de desaparecer el seguro popular pero además de peleó con las farmacéuticas que abastecían al Sistema de Salud Mexicano, derivaron en que alguien más, que no fuera el Estado Mexicano, ofreciera este tipo de consultas de nivel básico que, en muchos casos han diagnosticado enfermedades que tienen que tratarse en otros niveles.
En vez de proponer y promover la desaparición de los Consultorios Adyacentes a las Farmacias (CAF), el Doctor Muerte debería promover la concesión de esos consultorios a los dueños de las farmacias, como lo hace con el servicio publico de alquiler porque es claro que no puede con paquete de atender a millones de usuarios al mes.
Solo habría que hacer un comparativo de cuántas consultas ofrecen juntos el IMSS, el ISSSTE y los SSA y compararlos con los 10.5 millones de consultas que generan los CAF para darle cuenta de la necesidad que hay de estos consultorios.
Mal y de malas el Doctor Muerte y su jefe el peje que ya no sabe qué distractor usar para evitar que la gente se de cuenta del caos en que tiene a nuestro sufrido, enfermo y ensangrentado país.
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