Alejandro Leyva Aguilar
¿De qué hablamos hoy?, me pregunté. Ya es mucho decir de las ejecuciones y el terror que el narco causa en varios estados de la república pero es imposible dejar de escribir sobre eso. La violencia en Baja California, siguió el sábado pasado cuando quemaron 9 vehículos mas frente a civiles y a pesar de la presencia de 350 elementos de la Guardia Nacional que fueron enviados para ese estado.
Ahí en Baja California, la Cámara de Comercio reportó que el 40 por ciento de los establecimientos permanecieron cerrados ante la ola de terror y de violencia causada por células del cartel de Sinaloa. La gente está sintiendo terror a pesar de la presencia de elementos del “orden”.
La violencia se trasladó a Michoacán y a Colima para sumar ya 6 estados del país que literalmente, están bajo el fuego cruzado de los carteles del crimen organizado. En Michoacán, 6 patrullas con 25 elementos de la Guardia Nacional, fueron retenidos por Comuneros del Municipio de Paracho -famosos por la manufactura de sus guitarras-, quienes exigieron la liberación de 164 presuntos integrantes del grupo Pueblos Unidos, quienes fueron detenidos -arbitrariamente dicen ellos- durante un operativo el sábado pasado.
Las autoridades informaron que al menos unos 300 elementos federales entre miembros del ejército y la Guardia Nacional, además de 200 elementos de la Guardia Civil, realizaron otro operativo para liberar a sus compañeros, pero antes de que los elementos se desplegaran, los retenidos fueron soltados.
Mientras que en Colima siete personas, entre ellas dos mujeres resultaron heridas durante un ataque a balazos ocurrido en la madrugada de este domingo pasado en el interior de un bar en la ciudad y puerto de Manzanillo. Empleados del lugar y comensales que ahí estaban son las víctimas de este ataque del crimen organizado.
Seguramente usted se está preguntando ¿y eso qué impacto tiene en la vida cotidiana de estados como Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Veracruz, Ciudad de México, Querétaro, Puebla, etcétera donde no hemos visto estos niveles de violencia?
La respuesta es muy sencilla. México se ha convertido en un país sin orden. Ha dejado de ser una república (entendida esta como “cosa pública”) para ser un territorio narco, donde los carteles se disputan el trasiego de droga, el cobro de piso, las extorsiones, los secuestros y en fin toda la industria criminal.
Eso hace de México un país non grato para las inversiones y por eso, Julio es el sexto mes consecutivo en que los inversionistas se deshacen de sus bonos de inversión contratados en México y eso a pesar del alza de la tasa de interés bancario que está 6 puntos por encima de Estados Unidos.
Al cierre del mes pasado se registraron flujos acelerados de salida de capitales extranjeros en los mercados de deuda soberana mexicana por un total de 56 mil 056 millones de pesos, cantidad que significó su mayor nivel en todo el año, lo que significó una caída de -3.53 por ciento.
Con esa cifra el valor total de activos de deuda mexicana en manos de extranjeros se se desplomó a un billón 532 mil millones de pesos y se colocó en su nivel más bajo desde que aun nos gobernaba el PRI con Enrique Peña Nieto en noviembre de 2012.
Desde que el peje es “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, que se tuvo un incremento histórico en 2019 ante la llegada de una fuerza política que juró combatir la corrupción, la caída de valores gubernamentales en manos de extranjeros, ha sido estrepitosa por decir lo menos, por que ha llegado a -31.9 por ciento, lo que equivale a una salida de SEISCIENTOS NOVENTA Y CUATRO MIL QUINIENTOS NOVENTA Y NUEVE MILLONES DE PESOS.
Los inversionistas extranjeros se han deshecho de Certificados de la Tesorería (CETES), de Unidades de Inversión (Udibonos), Bondes y Bonos que significó la mayor perdida por casi 54 mil millones de pesos.
Y si, adivinaron. La incertidumbre para invertir en nuestro país, se ha incrementado y por tanto los inversionistas ya no confían en que México sea un país estable donde sus inversiones crezcan y al contrario, saben que por la inestabilidad tanto financiera como en materia de seguridad, podrían hacer que su dinero se pierda.
Lo que pasa en 6 estados de la república y pronto en otros más, tiene ya repercusión en todo el país.
Las calificadores han bajado la categoría de inversión a México y estamos a nada de que nos califiquen como un país que, con toda seguridad no pagará su deuda y todo eso es reflejo de la inestabilidad en materia de seguridad derivada de la “estrategia” abrazos, no balazos.
Lo advertimos desde 2018, el peje -ya lo estamos viendo- ha significado no solo un peligro para México, sino literalmente la bancarrota de la que nos tardaremos años en salir y muchos más en recuperarnos, por eso debemos pensar bien en 2024 porque un sexenio más de ocurrencias y nos hundimos.