HOMILÍA DE MONS. PEDRO VÁZQUEZ VILLALOBOS, ARZOBISPO DE ANTEQUERA OAXACA
15 DE AGOSTO DEL 2022. Les agradezco su presencia en este día tan especial de la Festividad de la Asunción de María a los Cielos.
Es la fiesta de esta Iglesia Catedral, pero también hay una gran fiesta en tres pueblos de nuestra Arquidiócesis: Tlacolula, Nochixtlán y Tlaxiaco, honran con gran fervor y con profunda gratitud a la Madre de Dios que es Nuestra Madre y se alegran porque María, la Esclava del Señor, está en el Cielo, ahí donde está Su Hijo, ahí donde está Su Hijo, en el Cielo.
Esa es la alegría de la Iglesia en esta festividad, nos alegramos porque María fue llevada al Cielo en cuerpo y alma y ese es un dogma de fe, creemos, creemos en esto. La Iglesia lo proclamó para que lo creyéramos. Espero que a ninguno de ustedes se les dificulte creer esto.
En María, Dios hizo obras grandes, como lo expresa Ella en ese cántico del Magníficat. Glorifica mi alma al Señor y mi Espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su sierva, de su esclava.
La eligió a Ella para ser la Madre del Mesías. La eligió a Ella, entre todas las mujeres. Por eso, la madre de Juan el Bautista le dice: Bendita Tú entre las mujeres y Bendito el Fruto de Tu Vientre. ¿Quién soy yo para que la Madre de Mi Señor venga a verme? La Madre de Mi Señor.
¿De qué Señor habla Isabel? Del Señor Jesús, que está también en el vientre de María, que por obra y gracia del Espíritu Santo fue fecundado ese vientre, porque de Ella nacerá el Salvador, el Mesías Esperado y quien salta de gozo en el vientre de una mujer es Juan El Bautista, que es el hijo de la anciana y de la mujer estéril, que es Isabel.
Pero, a María, le dijo el ángel, tu parienta Isabel, la mujer anciana, está esperando un hijo y ya va en el sexto mes, la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios y dice el Evangelio de hoy que María se fue presurosa a ir al encuentro de Isabel, a servir a Isabel y dice al final el texto: permaneció con Ella tres meses, hasta que nació Juan el Bautista y se regresó a su casa para seguirse preparando y dar a luz al Salvador del mundo.
Nos alegramos hoy con María porque está en el Cielo y tú y yo tenemos que llegar al cielo, esa es nuestra meta final. El cielo es para ti, el cielo es para mí, el cielo es para todos nosotros y lo tenemos que conquistar, y se conquista el cielo haciendo la voluntad de Dios, cumpliendo con Su Palabra, siendo fieles a lo que el Señor nos ha llamado y ganándonos el cielo en el servicio, no en otra cosa. El cielo no se gana teniendo poder, el cielo no se compra con dinero, el cielo se gana con obras, y a usted, al final de la vida le tiene que decir Dios: ven, Bendito de Mi Padre, tuve hambre y me diste de comer. Cuando lo hiciste con uno de los pequeños, conmigo lo hiciste.
Gánese el cielo, gánese el cielo haciendo tantas cosas en favor de los demás.
Ganémonos el cielo contemplando con amor a nuestros hermanos, ganémonos el cielo teniendo misericordia, perdonándonos, ayudándonos unos y otros. Ganémonos el cielo. El cielo es para ti. ¿Qué dijo Nuestro Señor? Que el infierno era para el diablo y sus ángeles, para el diablo y sus ángeles, para esos es el infierno, no es para ti. Tú ni eres el diablo ni eres servidor del demonio. Tú eres hijo de Dios y tú eres servidor de Dios, entonces tienes que llegar hasta donde está Dios, a vivir con Él Su triunfo y Su victoria, también Tú saliendo victorioso en este peregrinar hacia la Casa del Padre. Sigue luchando, sigue esforzándote, vale la pena.
No pierdas la esperanza, la esperanza final es el cielo y el cielo se gana con amor, sólo con amor y te lo has ganado pero todavía no has hecho lo suficiente porque si ya hubieras hecho lo suficiente para ganarte el cielo no estarías aquí, estarías en el cielo. ¿Por qué todavía peregrinamos por este mundo? Porque no hemos hecho lo suficiente para ganarnos el cielo, nos falta, Dios nos sigue dando oportunidades de Gracia, de salvación, de vivencias de amor, no las desaprovechemos.
María está con Su Hijo y desde allá intercede por nosotros. María le habla a Su Hijo y pide en favor nuestro, bendiciones y gracias y el Señor te quiere a su derecha, a su derecha y vas a llegar a su derecha si tú eres derecho, si tú vas en esa vida recta conforme al proyecto de Dios. El proyecto de Dios es que tú te salves, el proyecto de Dios es que tú vivas el Evangelio, el proyecto de Dios está ahí, contenido en el Evangelio. No te lo aprendas de memoria, vívelo, vívelo.
Hoy te dice Dios: quiero que seas humilde, no seas soberbio, no seas orgulloso, no seas vanidoso, no te sientas con poder porque el único que tiene poder es Dios y tú no tienes poder. No te sientas dueño del mundo, porque el dueño del mundo sólo es Dios y tú no eres Dios. Sé humilde, sé sencillo, siempre humilde, te encuentres con quien te encuentres, todos están a tu altura, nadie está debajo de ti y nadie está por encima de ti, estamos a la misma altura y para podernos mirar así y servirnos así se necesita la humildad y la sencillez de corazón y eso tenemos que pedirlo a Dios y si lo hacemos a través de María, alcanzaremos gracias. Los humildes y sencillos.
Así cantaba María y se alegraba por toda la obra de Dios en favor de los humildes y sencillos ¿y qué dijo Nuestro Señor un día? Te doy gracias Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Gracias, Padre, porque así te ha parecido a Ti.
Qué grande es usted por ser humilde y sencillo, qué grande, pero no se llene de vanagloria porque somos grandes a los ojos de Dios si somos grandes y sencillos y todo es para Gloria de Dios.
Lo que usted haga en favor de los demás, que sólo sea para la Gloria divina, no para que se hable bien de usted, para que se le aplauda, ¡no! Para que se dé Gloria a Dios, por Su bondad, por Su Amor, por Su misericordia, por eso, y siga usted valiéndose de lo que dijo el arcángel Gabriel y por lo que dijo Santa Isabel, ¿Qué dijo el arcángel Gabriel? Dios te salve María, llena de Gracia, el Señor está contigo. Eso dijo el arcángel Gabriel de Ella cuando la saludó y qué dijo Isabel: Bendita Tú entre las mujeres y Bendito el fruto de Tu vientre.
Usted lo reza a diario, supongo, usted saluda a María siempre utilizando palabras de Gabriel y de Isabel: Dios te salve María, llena de Gracia, el Señor está Contigo, Bendita Tú entre las mujeres y Bendito el fruto de Tu vientre. El Ave María, el Ave María y se presenta ante Ella como lo que es y le dice: Necesito de Tu intercesión, te reconozco como la Madre de Mi Salvador, Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Siga rezando el Ave María y la Santa María y si puede hacerlo en el Santo Rosario, todavía mejor, todavía mejor y si lo puede hacer en la vivencia familiar, todavía más riqueza y más gracia.
Alegrémonos con María porque Ella está en el cielo y digámosle que por Su intercesión y por todo lo que alcance en nuestro favor, también nosotros un día lleguemos al cielo.
Sigamos disfrutando de esta fiesta en nuestra vivencia espiritual e interior y encomendémonos siempre a la Madre de Dios.
Que así sea.