Alejandro Leyva Aguilar
Ayer en Oaxaca después de la elección del 5 de junio donde resultó triunfador Salomón Jara, se inauguró la “primavera oaxaqueña” en dos hechos que conmovieron a la sociedad. Uno en la Colonia reforma donde ultimaron a un masculino y otro en la Colonia Dolores donde ocurrió un feminicidio.
No quiero ser ave de mal agüero pero es muy probable que el reacomodo de fuerzas del crimen organizado (tan organizado que tiene un partido político), comience a provocar muertes violentas asociadas a los ilícitos como el tráfico de drogas, de personas y el huachicol sobre todo en la zona del istmo de Tehuantepec, la Cuenca del Papaloapam y la capital del estado, donde, justamente, gobierna morena.
La experiencia en estados como Michoacán, Guerrero, Chiapas, Veracruz, Sonora, Sinaloa y Zacatecas gobernados por morena y donde los índices de criminalidad van en aumento y las masacres son casi cotidianas, nos dice que Tamaulipas, Oaxaca, Quintana Roo e Hidalgo tendrán, inevitablemente, el mismo destino.
Por ejemplo en Chilpancingo, la capital de Guerrero, estado gobernado por la hija de un violador y presuntamente relacionado con el narcotráfico -además de compadre de amlo Félix Salgado Macedonio- la violencia se desató y hubo tres personas muertas y dos heridas además de 6 automóviles calcinados causando la parálisis de una parte de la capital guerrerense.
Además hubo un poblado que se atrincheró y 35 militares retenidos. Todo comenzó con los tres asesinatos en la tarde del lunes pasado en el Mercado central donde un distribuidor de pollos fue ejecutado a la vista de todos y en medio de los locales comerciales y, con el cuerpo aún caliente y en el piso, la actividad comercial siguió como si no pasara nada.
Luego en la Colonia Zapata asesinaron a otro hombre más y a una mujer en la Cinca e hirieron a dos personas más pero no paró ahí, por la noche comenzaron los ataques al servicio público de transporte y en Temixco fueron quemadas dos unidades de motor en la carretera Petaquillas-Chilpancingo.
A la misma hora, es decir pasando las 23:00 hrs y cerca del Barrio San Antonio fue incendiado un taxi en pleno centro de Chilpancingo, a escasas cuadras de donde despacha Evelyn Salgado, la noche de lunes para amanecer martes, Chilpancingo vivió un infierno y claro, hay miedo en la población.
Todo ocurrió a la vista del Gobierno -si a eso se le puede llamar gobierno- de Guerrero e incluso una patrulla de la Guardia Nacional fue retenida por pobladores de Petaquilla que reclamaban seguridad ante la indiferencia de la policía estatal, del ejército y de la guardia nacional.
Lo mismo sucede en Zacatecas, los vehículos quemados, los cuerpos inermes colgando de puentes, los coches repletos de cadáveres casi frente al Palacio de Gobierno, son muestra de que la violencia causada por el crimen organizado se ha generalizado desde que morena llegó al poder en esos estados.
Ni Sonora se salva y eso que ahí gobierna Alfonso Durazo Montaño, ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal hoy gobernador por morena en un estado que, a su llegada, ha sido azotado por la delincuencia organizada sobre todo, por los que se dedican específicamente al tráfico de drogas.
Eso vamos a ver en los estados donde morena ganó el pasado 5 de junio, sobre todo en Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas; en los del sureste, por su posición geopolítica comercial y estratégica para el trasiego de drogas, indocumentados, órganos humanos y armas y en Tamaulipas por su frontera con Estados Unidos.
En Hidalgo lo que va a prevaler, es el cobro de piso, los secuestros, las extorsiones y, como en los demás estados, el miedo…
¿Se han puesto a pensar cuánto le sirve el miedo a un régimen tiránico?
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