Alejandro Leyva Aguilar
Cuando vemos las atrocidades que pasan en este país, con más de 126 mil ejecuciones en lo que va del sexenio, por mucho el más sangriento que hayamos tenido en la época contemporánea, nos podemos poner a pensar en la Colombia de los años ochentas cuando allá, el narcotráfico sometió al Estado y a las Instituciones Colombianas a su capricho con el muy poderoso cártel de Medellín.
Tendríamos que decir que estamos viviendo un proceso de colombianización pero analizando la situación que vive México, hemos rebasado ya ese umbral que pretendió en su momento Pablo Emilio Escobar Gaviria que, de la mano del Senador Alberto Rafael Santofimio Botero, trató efímeramente de incursionar en la política en la Cámara se Representantes en ese ensangrentado país.
Para muchos, Pablo Escobar era, además del líder del cartel más poderoso de Colombia, un hombre en extremo inteligente lo que puede ponerse en duda porque terminó sus días después de una cacería donde participaron no solo las Instituciones de seguridad de Colombia, sino también los Estados Unidos y hasta sus propios enemigos del crimen organizado.
Alberto Santofimio, después de ser dos veces candidato presidencial, Ministro de Justicia y hasta Senador de la República, terminó sus días preso, acusado de la muerte del candidato presidencial del Nuevo Liberalismo Luis Carlos Galán Sarmiento y del Ministro Rodrigo Lara Bonilla, hasta apenas hace dos años fue liberado por su avanzada edad y el brote de la pandemia a nivel global.
El narcotráfico llegó a ser narco terrorismo en aquel país y sin embargo, tanto el Estado Colombiano como sus Instituciones, a pesar de muchas muertes, no se doblegó ante Escobar y su cartel. Pero si Pablo Emilio era un demente, los capos de la droga en México, son todo menos tontos aquí, esos capos no quieren reflectores, lo que quieren es negocios y por eso ya han permeado todos los niveles de la política.
Pareciera que el crimen organizado y en especial el Cartel de Sinaloa, no solamente está en la política con sus dineros calientes, sino también ha logrado la protección del Estado Mexicano haciendo que el “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, repita a diario que “los delincuentes son también seres humanos y hay que protegerlos”
La militarización del país que en vez de perseguir a los delincuentes se dedica a protegerlos, nos manda a la sociedad un mensaje que es, en demasía peligroso, porque lo que infunde en la sociedad es algo que el Protocolo de Sao Pablo, lo tiene muy claro y que es el miedo.
Propagar el terror entre los ciudadanos es una estrategia del gobierno y para ello usa al narcotráfico, justamente a escasas dos semanas de que haya elecciones en 6 estados de la República donde los cárteles de la droga tiene presencia permanente. López está mandando un mensaje claro a los mexicanos y es que NO pretende dejar el poder porque posiblemente, algo tiene pactado con los capos de la droga.
Por eso digo que nosotros ya hemos rebasado por mucho esa intención de los seres de la droga colombianos que pretendieron entrar a la política, aquí ya están inmersos, sino ellos personalmente, si sus intereses, sus dineros y sus armas para instaurar el narco estado mexicano.
Cuando en las redes sociales vemos un video en el que sicarios de una banda determinada del narcotráfico ejecuta a un hombre como si fuera una vaca, lo abre en canal con un afilado cuchillo, le arranca el corazón y luego lo ofrece a sus cómplices para comérselo, estamos hablando de la degradación de nuestra sociedad al primitivo grado del canibalismos criminal.
A esos sicarios, a esos asesinos, a los caníbales, López los llama “seres humanos” y exige que el Estado, proteja sus derechos.
Por supuesto que no puedo ponerles el video en este medio por pudor, pero es público y lo pueden buscar en las redes sociales, sin embargo si es necesario advertir lo qué pasa en nuestro país; el peje ha pactado con el diablo y las consecuencias van a ser desastrosas para la sociedad, desde una revolución, hasta una invasión del vecino del norte podemos sufrir.
La única vía y eso si hay que dejarlo muy claro, ES LA DEMOCRACIA. La batalla contra el ultra populismo de López y sus sicarios, es tomar conciencia y echarlos con el poder de nuestro voto. Si no queremos perder a México, la ruta es completa y absolutamente civil.
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