XXVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO HOMILÍA DE MONS. PEDRO VÁZQUEZ VILLALOBOS,

ARZOBISPO DE ANTEQUERA OAXACA

26 DE SEPTIEMBRE DEL 2021. Ante esta Palabra Divina que acabamos de escuchar, pues a cada uno de nosotros nos tiene que decir algo. Yo voy a expresarles lo que he pensado de ella y lo que siento que Dios me dice a mí, pero a usted le puede decir otras cosas, tal vez mucho más importantes.

Quiero aprovechar esta Palabra para decirle y recordarle lo que usted es desde el día de su Santo Bautismo. Al iniciar su vida de hijo o de hija de Dios y ser miembro de esta Iglesia nuestra, de esta Iglesia que Cristo fundó, usted comenzó a ser, y no se le debe olvidar, sacerdote, profeta y rey. Eso es usted. Sea hombre, sea mujer, es sacerdote, profeta y rey.

Ahorita, al venir a celebrar este acto de culto, estamos ejerciendo nuestro sacerdocio, ustedes, el sacerdocio bautismal y, yo, no por don mío sino por Gracia de Dios, el sacerdocio ministerial, por eso presido la Eucaristía, porque participo del sacerdocio ministerial de Jesucristo y, usted, que forma parte del pueblo santo de Dios, tiene ese sacerdocio bautismal. 

Pues hay que ejercitarlo, y cuando venga usted a misa, quítese de su mente que viene a oír misa, que viene a oír misa… siempre dígase a usted mismo: “vengo a celebrar la Eucaristía, a ejercer mi sacerdocio de bautizado y vívalo intensamente y disfrute de la Eucaristía.

No me aparto también de esa razón que usted tiene y que usted mismo siente. Hay sacerdotes que nos ayudan a vivir la Eucaristía y, pues, con pena también tendré que decir, hay otros que, a lo mejor, no les ayudamos a vivir la Eucaristía. Cuando se encuentre así, usted póngale más interés, usted póngale un extra porque tal vez el sacerdote no le está ayudando, porque casi ni se le escucha, y luego está así como desganado, como enfadado, como cansado, como enojado y usted se cruza de brazos y dice: “Ay, Dios mío, pues a qué vine aquí”. ¡No! Póngale un extra, para que usted pueda enriquecerse, ábrase a la acción de Dios, ábrase a ese Espíritu Divino y Dios hará su obra y va a disfrutar, aunque el sacerdote no le ayude mucho, va a disfrutar, pero ejerza su sacerdocio. 

Pero también ejerza su ser de profeta. Su ser de profeta y sea un profeta que le presta Dios sus labios para pronunciar su mensaje. Anuncie, con sus labios, la Palabra Divina. Oriente a las personas, motive a las personas y dígale a Dios que ponga palabras en sus labios para que pueda ayudar a su prójimo.

Su prójimo que es tal vez un ser muy querido porque es su hijo, su esposo, su esposa, su hermano, su padre, su madre… dígale a Dios que se valga de sus labios para llevar al corazón del que está enfrente un mensaje.

Pero también sea un profeta valiente, no sea un profeta cobarde, tiene que ser un profeta valiente y, si hay que denunciar, denuncie con valentía.

A veces, queremos pasar por buenos ante los demás y sólo anunciamos y cuando sabemos y nos está diciendo Dios: aquí tienes que denunciar, nos quedamos calladitos porque yo quiero seguir siendo una persona muy buena ante este ser que me escucha. 

A veces los padres de familia no corrigen a sus hijos porque quieren seguir siendo unos padres buenos. El día de mañana les van a reclamar y les van a decir: no fuiste un papá bueno, no fuiste una mamá buena porque, en el momento que tenías que corregirme, nunca me dijiste nada… me dejaste a la deriva, nunca me advertiste, nunca me llamaste la atención. Querías pasar por un padre bueno pero se te olvidó que la bondad también se tiene que manifestar en una denuncia de mi comportamiento y no lo hiciste. Me hubieras hablado a tiempo y yo me hubiera corregido tal vez, pero ya va a ser demasiado tarde.

No se espera a corregir, no se espere a que pase el tiempo, aunque en este momento tal vez su hijo o su familiar o su hijo, a lo mejor se va a molestar y le va a decir: a mí déjame vivir mi vida, yo sabré lo que hago, etcétera, etcétera, pero usted ya cumplió y, eso, tarde o temprano le hará reflexionar a esa persona y, a lo mejor, tarde o temprano va a venir a decirle: te agradezco que me hayas advertido a tiempo, que me hayas hablado con tanto cariño, con tanta preocupación para que yo me corrigiera. Ejerza su profetismo, ejérzalo y, a la vez, no sienta también que usted es el único que tiene dones, gracias y carismas y que los otros no tienen nada.

Dios le da dones, gracias y carismas a toda persona. Los apóstoles le dijeron a Nuestro Señor, en especial el Apóstol Juan: vimos a uno que andaba expulsando demonios en Tu Nombre y se lo prohibimos… “No se lo prohíban, el que está con nosotros no va a estar en contra de nosotros”.

No nos pongamos celosos porque encontramos a personas llenas de dones y de carismas, démosle gracias a Dios, no andamos nosotros en competencia a ver quién es más bueno, a ver quién hace las cosas mejor, a ver quién tiene más dones y más gracias… ¡no andamos en competencia!, eso es muy malo, es muy malo, hace mucho daño porque entonces se nos mete la soberbia, se nos mete la vanidad y perdemos la humildad y la sencillez, y lo que teníamos que hacer lo hacemos sólo para que se hable de nosotros, para que se presuma de nosotros y se diga que somos grandes y que somos importantes, que tenemos tantas cosas buenas.

Que sepamos aceptar que, frente a nosotros, hay personas más buenas, más santas, más capaces, que pueden hacer las cosas mejor que nosotros, y que Dios les ha bendecido a manos llenas y ¿por qué nos enojamos por las bendiciones divinas? Dios a ti te ha bendecido, dale gracias, pero también dale gracias porque ha bendecido a tu hermano.

Es muy común que en los grupos apostólicos, en los servidores de nuestras comunidades, nosotros nos creamos que somos los únicos, que somos los que saben, que los demás son unos ignorantes, que no pueden hacer las cosas, que si no estamos nosotros no salen bien… ¡Ah, cómo estamos engañados! No estorbemos al crecimiento de los demás y, si nos superan, ¡bendito sea Dios!, bendito sea Dios que hay mejores servidores en nuestras comunidades… bendito Dios.

No nos veamos con envidias, no entremos a una vivencia de competencia a ver qué grupo, a ver qué organización hace mejor las cosas… ¡no!, seamos esos servidores y alabemos y agradezcamos a Dios porque hay más y más servidores.

Cuántas organizaciones civiles hay en nuestros pueblos y en nuestras comunidades pero, a veces, andan enfrentados unos y otros porque quieren ser la mejor organización social. Usted sea una gran organización social y que el otro también lo sea y todo eso será para bien de nuestras comunidades y no hagamos las cosas para que nosotros seamos unos presumidos, unos que son alabados, que son aplaudidos por sus acciones… ¡no! Que se quede todo eso en el silencio porque en el silencio deja más fruto.

Si yo hago las cosas para que me aplaudan, el día que no me aplaudan ¿qué voy a hacer? Pues me voy a poner triste y voy a decir: “ya no me toman en cuenta, ya no me escuchan, ya no me valoran. Ya mejor me despido de esto, ya no me valoraron” porque yo estaba esperando el aplauso, el aplauso y que se hablara de mí.

El servidor tiene que pasar el servicio en el silencio.

Yo estoy profundamente agradecido con Dios y con mis hermanos oaxaqueños, profundamente agradecido y no por mis méritos, no por mis méritos, no, estoy agradecido con Dios y con los oaxaqueños por la forma como me tratan, por lo que comparten conmigo, a propósito del vaso de agua que des en mi nombre… ustedes me dan el vaso de agua por lo que soy, por lo que represento, por el servicio que presto y me lo dan con fe, con profunda fe, así lo siento yo, y me tiendes la mano ,y me regalas esto y aquello. Cuando voy a las comunidades me regalan pan, me regalan frijolito, me regalan tortillitas, me regalan gallinitas, me regalan borreguitos, me regalan hasta becerritos, unos toritos ya me regalaron, les dije: pues yo cómo me los llevo en mi camioneta, tú… no tengo asiento para ese torito, no tengo corral, mejor véndelo y me llevas el dinerito y a ver qué hago con el dinerito… todo eso me regala mi pueblo…

¿Y por qué me lo regala? ¿Porque le caigo bien? ¡no!, me lo regala porque dice: al regalárselo a mi Obispo, se lo estoy dando a Dios, y Dios me va a bendecir. Dios me va a bendecir, y nos va a bendecir a todos. Se lo estoy dando a Dios en la persona de mi Obispo… así lo siento yo y así lo vivo. Y Dios sabe cumplir. Si un vaso de agua das en mi nombre, por ser discípulo mío, no va a quedar sin recompensa, no va a quedar sin recompensa.

Demos, demos con generosidad. Dale al que está enfrente, y dáselo porque se lo estás dando a Dios en la persona de ese ancianito, de esa persona necesitada… dáselo, se lo estás dando a Dios y Dios te lo va a recompensar. Dios sabe cómo. Te lo va a recompensar con salud, con paz en tu familia, con fuerza, no vas a recibir dinero, no, tal vez no, pero vas a recibir lo otro, vas a estar un tiempo muy sano y no vas a gastar nada en medicamentos porque Dios te va a regresar lo que tú le diste a tu vecinito, pobre, humilde y necesitado, Dios te lo va a regresar en salud, no gastaste en medicamentos durante todo este tiempo. Estuviste sano, en tu familiar estuvieron sanos… ahí te lo regresó Dios, mucho más de lo que tú diste. 

Denlo, denlo en nombre de Dios, sin humillar a nadie, sin humillar… “mira, como tú estás pobrecito y necesitado, aquí traigo esto, nos sobró esto, te lo traigo”… ¡qué pasó! Así no, eso es humillante. ¡No! Nada de que estás pobrecito, nada de que estás necesitado, nada de que son sobras… aquí traigo esto, lo comparto contigo, Dios nos bendice a ti y a nosotros, lo comparto contigo. Qué distinto, qué distinto y tal vez el que lo recibe, con lágrimas en los ojos va a decir: “de nuevo se manifiesta la providencia y el amor de Dios porque hoy no teníamos qué comer y ya Dios nos trajo, bendito sea Dios”.

¡Vivan esa experiencia, disfruten esa experiencia, gocen esa experiencia y ustedes se van a enriquecer con las bendiciones divinas.

Y, ya para terminar, apartémonos del mal, apartémonos del mal, a propósito de lo que dice Nuestro Señor, si tu ojo, si tu mano si tu pie… creo que nos dice: apártate del mal, evita hacerte daño y evita dañar a otras personas. No escandalices porque es mejor que te amarres al cuello una piedra de molino y te arrojes al mar que ser motivo de escándalo, motivo de escándalo. 

Hay que respetarnos, hay que valorarnos, hay que mirarnos como debe de ser, con respeto y pues cuidémonos y cuidemos a los demás para que, todo esto, lo podamos hacer tal y como lo quiere el Señor, apartados del mal, que nuestras manos, que nuestros ojos, que nuestros pies, que esto, que aquello, no sea para apartarnos de Dios, para escandalizar a otros, sino para vivir como Dios lo quiere.

Y ya para terminar, quisiera leerles en este momento un comunicado que en este fin de semana hicimos llegar a los sacerdotes para que hoy sea leído y comentado en nuestras comunidades por lo que está organizando nuestra Iglesia Católica a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano, una marcha a favor de la vida y de la mujer el próximo domingo 3 de octubre en la ciudad de México, pero también en nuestras pequeñas poblaciones y ciudades, si lo podemos hacer.

Les comuniqué lo siguiente: estimados hermanos en la fe, reciban mi cordial saludo deseando que la Gracia y la Paz de parte de Nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. La Comisión Episcopal para la Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano, a través de la Dimensión Episcopal para la Vida, inspirados en el número 172 de nuestro proyecto global de Pastoral 2031-2033 nos señala que Dios es el dueño de la vida. Como Iglesia que peregrina entre luces y sombras, los invito a que hagamos conciencia y veamos con preocupación el poco respeto que se tiene por el derecho a la vida y todo lo que afecta a nuestra sociedad.

A pesar de las dificultades que tenemos para movernos en estos tiempos de crisis económica y sanitaria, nos pronunciamos a favor de la vida, queremos ser portadores de esperanza. Por tal motivo les invito a participar en la Marcha Nacional en favor de la mujer y de la vida. Domingo 3 de octubre del 2021, en la ciudad de México. Punto de partida: Auditorio Nacional. Punto de llegada: Ángel de la Independencia. A las 11 de la mañana es la cita.

Si queremos ir, aquí, los oaxaqueños, salimos del Templo de Nuestra Señora de la Merced el sábado 2 de octubre a las 11 de la noche. El costo total del boleto es de 650 pesos, para mayor información dirigirse con el señor Manuel Andrés Aguilar García y ahí está el número de su celular.

Para quienes no van a México, exhorto a las parroquias, decanatos y vicarías a participar de manera organizada en la concentración a realizarse en la Fuente de las 8 Regiones de la ciudad de Oaxaca este domingo 3 de octubre a las 11 de la mañana.

Que Santa María de Guadalupe interceda por nuestro pueblo mexicano para que, quienes formamos esta bella nación, anunciemos el Evangelio de la Vida y de la dignidad de la persona.

Con mi oración y bendición. Pedro Vázquez Villalobos, Arzobispo de Antequera Oaxaca y el Presbítero Héctor Zavala Balboa, Secretario Canciller.

Este es el comunicado que hicimos llegar ayer a nuestros sacerdotes para que lo dieran a conocer a nuestro pueblo y es lo que yo hago con ustedes que han venido a esta celebración. 

Si no nos podemos hacer presentes yo les invitaría a que, desde su casita, estuvieran en oración en ese momento. Elevaran esa oración a Dios para seguir valorando la vida, para seguir respetando al no nacido y para que todos nosotros, que ya vivimos, sólo tendamos la mano para ayudar, nunca la levantemos para herir a nadie. Y nos respetemos, hombres y mujeres como lo quiere Dios, como lo quiere Dios. Y aquí quisiera decirles, tenemos que aprender nosotros los oaxaqueños, los hombres, tenemos que aprender, valoremos a la mujer en el lugar que debe de tener, es el mismo, es el mismo lugar que yo tengo, es la misma grandeza. La mujer vale mucho, vale tanto como tú vales, es tan digna como tú. No hay que herir a la mujer, no hay que despreciar a la mujer y, a la vez, hay que seguir enseñando y cultivando, en los que vienen después de nosotros, el amor a la vida, el respeto a la vida.

Valemos más que los animalitos. Ahora ya se está dando un giro, es un delito, es un delito dañar a los animalitos, a los perritos, a los gatitos, es un delito, ¡ah! Pero no es delito quitarle la vida al que quiere nacer y tiene derecho a nacer. No es delito, qué curioso, pero sí es un gran delito mortificar a los perritos, hay que cuidarlos, como si fueran más grandes que nosotros, esos son animalitos ¿quiénes son las imágenes y semejanzas de Dios? Tú y yo. El perrito es una creatura de Dios, pero no es imagen y semejanza de Dios, y tú y yo sí.

Cuidemos la vida y respetemos la vida.

Que así sea.

HOMILÍA DE MONS. PEDRO VÁZQUEZ VILLALOBOS

ARZOBISPO DE ANTEQUERA OAXACA

26 DE SEPTIEMBRE DEL 2021

Ante esta Palabra Divina que acabamos de escuchar, pues a cada uno de nosotros nos tiene que decir algo. Yo voy a expresarles lo que he pensado de ella, y lo que siento que Dios me dice a mí, pero a usted le puede decir otras cosas, tal vez mucho más importantes. 

Quiero aprovechar esta Palabra para decirle 

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