Por: Fernando Cruz López.

La llegada de Arturo Peimbert Calvo a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Oaxaca (FGJEO) implica un gran reto por delante debido a los compromisos que deberá de romper y eliminar para poder hacer de esa dependencia una entidad que administre la Justicia de forma expedita y pronta, pues los fuertes intereses existentes al interior de esa institución pueden provocar pronto un problema mayor al gobierno estatal.

Para nadie es un secreto los compromisos generados dentro, no solo en las filas de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), sino también en las diversas áreas de impartición de Justicia; en el primer caso, hay muchos casos de acoso sexual, nexos con bandas delincuenciales, venta de órdenes de aprehensión, información adicional a los imputados, protección a delincuentes para que operen impunemente, por lo que la ciudadanía exige una limpia a fondo en esa institución y el nuevo fiscal tiene la oportunidad de hacer brillar de nuevo a la fiscalía y darle a la ciudadanía una institución digna de confianza.

El Fiscal saliente, Rubén Vasconcelos Méndez, dejó una papa caliente en la FGJEO, sabía de los riesgos que tenía enfrente y jamás quiso actuar a pesar de las múltiples denuncias recibidas, a pesar de que sabia perfectamente que la AEI había sido infiltrada por el crimen organizado, sin embargo, paso por alto toda queja y denuncia ignoramos por qué.

Hoy, Arturo Peimbert, comienza a recibir los reclamos de la sociedad que exige Justicia simple, sin dilación, sin ataduras, y sobre todo, sin beneficios de ninguna clase para quien sea indiciado en un expediente penal.

El Fiscal actual, tiene toda la confianza del Ejecutivo Estatal, y eso implica un actuar imparcial, una limpieza general de las áreas de la Fiscalía General, para que los oaxaqueños recuperen la confianza en esa institución, otrora garante de seguridad para quien necesitara apoyo, si se consideraba víctima de un delito.

Tal vez sea necesario realizar exámenes de control de confianza más periódicos, rotar constantemente a los comandantes regionales de la AEI, a los agentes del ministerio publico que ya llevan años en la misma plaza, realizarles pruebas antidoping a todos los trabajadores, exigir resultados concretos, pues miles de expedientes duermen el sueño de los justos, cientos de ordenes de aprehensión están archivadas, decenas de feminicidios hasta el dia de hoy están sin investigar, mientras la delincuencia organizada crece a pasos agigantados en la entidad.

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