ERNESTO REYES

Un conflicto artificial y con fondo político electoral, tensó la relación, esta semana, entre el munícipe petista de Santa Lucía del Camino, Dante Montaño y la delegada estatal de programas para el Desarrollo, Nancy Ortiz, en el que se montó el propio Gobernador del estado, reclamando acceso a tareas organizativas, en torno al plan de vacunación anti covid 19.

El edil salió como víctima de un guardia que empuñó un arma de fuego, frente a una turba violenta que irrumpió en la sede de la delegación a confrontar a la funcionaria. Ayer el presidente López Obrador instruyó una investigación, pero su olfato le dice que no debe confiarse en supuestos aliados, quienes presumen ser “ciento por ciento obradoristas” y envían golpeadores para intimidar a la encargada de los programas Bienestar.

En una investigación imparcial, pudieran actualizarse sanciones relacionadas con el género, máxime si el edil ya se ha visto inmiscuido en el tema. Además, se compromete la imagen de la institución municipal, contagiando el ánimo de habitantes de Santa Lucía en contra de los Servidores de la Nación.

El analista Fabdala Akabani, se ha referido a las circunstancias donde los propios hechos de un evento resultan menos determinantes que las creencias y emociones en la formación de opinión pública y actitudes sociales. A este recurso comunicativo se le denomina posverdad.

“Al difundirse y compartir informaciones falsas o rumores -en este caso respecto al plan nacional de vacunación- se apela a mecanismos básicos como el miedo a partir de la distorsión deliberada de la realidad”. De ahí que quedarse temporalmente sin inoculación, constituya para muchos, asunto de vida o muerte.  Y peor si hay fallas organizativas, falta de sensibilidad e improvisación de quienes están a cargo del operativo. O si existen desacuerdos entre los diferentes órdenes de gobierno.

Las noticias falsas, son la herramienta más depurada para esparcir un discurso de posverdad, dice el teórico, porque apelando a profundas emociones, como la pérdida de un ser querido, aparecen ciertas ideas o prejuicios. Es parte de esta narrativa perversa, el invento de que la subdelegada, Aída Valencia, favoreció a sus empleados aplicándoles a hurtadillas la inyección, cuando a los integrantes de las brigadas correcaminos, incluyendo personal médico, guardia nacional y demás auxiliares, les está permitido.

A causa de fallas en la comunicación interinstitucional por parte de la titular de Bienestar Oaxaca y por la escasa difusión en torno a la suspensión temporal del operativo, se fueron aceptando en el imaginario colectivo (las redes sociales y algunos medios muy activos) evidentes mentiras, instigadas desde el poder, o por otros motivos. Por fortuna, esto no repercutió en el ánimo de munícipes de las 10 poblaciones afectadas, quienes actuaron con prudencia y respeto.

El retraso se corrigió el mismo jueves, mediante la llegada de un cargamento de repuesto, pero el daño estaba hecho. En pocas horas, se realizaron bloqueos carreteros, barricadas, se causaron daños en el Banco Bienestar y otras acciones temerarias. Una acción irresponsable fue convocar a la población santalucense a participar en las protestas, sin tomar en cuenta el riesgo de contagios. El edil, incluso, tendió una trampa a la delegada amplificando una llamada telefónica, para exponerla al escarnio y la injuria de la muchedumbre, llamándole inepta y exigiendo su dimisión.

A río revuelto, apareció el gobernador Murat, quien exigió a las autoridades federales replantear la estrategia de vacunación de la que han dejado fuera prácticamente a los mandatarios. La Secretaría de Salud contestó que las vacunas están garantizadas, sin discriminación alguna, para todas las entidades del país, y no le hizo caso.

No obstante, durante las jornadas de aplicación, se observaron molestias entre personas de la tercera edad y familiares, quienes aguantaron duras jornadas bajo el sol y el frío, haciendo largas filas. Nadie puede ocultar la falta de información oportuna, así como la incertidumbre ante el agotamiento del antígeno. Sin embargo, la mayoría de ellos, después de recibir la primera parte de la inmunización, quedaron agradecidos ante el cumplimiento del compromiso presidencial.

La reacción generosa de la gente, alejada de reyertas políticas, formará, sin duda, una barrera de protección contra el discurso envenenado de adversarios lejanos y falsos aliados de la 4T, por más escenarios dantescos y provocadores que organicen.

@ernestoreyes14

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