ERNESTO REYES

Buscan a toda costa obstaculizar o desacreditar la jornada nacional de vacunación antiCovid-19. No lo han conseguido, porque la gente no es tonta. Sabe muy bien distinguir lo que es bueno para su salud.

Sin embargo, en las redes sociales se han publicado contenidos que, apelando a las emociones, creencias, ideas o prejuicios de algunas personas, buscan distorsionar la realidad, ahora que el mundo pasa por un momento esperanzador.

Ha sido larga la espera para las personas de mayor edad. Gracias a la ciencia, y a organismos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud, países como México se ven favorecidos con millonarias dotaciones de vacunas, fabricadas por diferentes empresas y países. A los países más pobres les llegarán, pero muy tarde. Por ello es importante la solidaridad multinacional.

Las previsiones de nuestras autoridades no han impedido que países poderosos, ejerciendo un poder neocolonial, acaparen el producto, retrasando la dotación del fármaco que, junto con la limitada producción de las empresas, pintaron el mes pasado un panorama preocupante. Poco a poco se ha ido alejando el peligro, aunque nadie puede asegurar que no ocurran otros imprevistos. Hasta que México no sea capaz de producir su propia vacuna, seguiremos siendo una nación dependiente de estos intereses.

Garantizar la salud, es responsabilidad constitucional del gobierno, por lo que desde que apareció el virus, se tuvieron que concluir o reconvertir centros hospitalarios para atender casos Covid, dejando rezagados al resto de enfermos con diabetes o cánceres.

El proceso para aplicar el esquema completo de inmunización no ha sido fácil. Primero, el personal médico de primera línea de atención a pacientes Covid, pero faltan otros trabajadores de la salud: administrativos, intendencia, etcétera. Paralelo a este proceso, esta semana se desplegaron, en más de 300 municipios alejados y con alta marginación, las brigadas “correcaminos”, no sin ciertos problemas de operatividad y confusiones al momento de asentar los datos de identificación (CURP y dirección), contenidos en la credencial de elector.

De estas fallas se colgaron poderosos intereses mediáticos y actores políticos, identificados por su oposición a la 4T, quienes afirman que el gobierno aprovecha la vacuna para llevar agua a su molino. Nada más falso, como lo han explicado el doctor Gatell, y el propio presidente, pues es importante darle seguimiento al beneficiario para aplicarle la segunda dosis, o bien certificar si es que hubo alguna reacción anómala.

Lo cierto es que, a los enemigos de la salud nada les embona. Ven con amargura que la vacuna les llega a los abuelitos como un bálsamo que les inyecta vitalidad. Hay casos de personas de más de 100 años que la reciben como una segunda oportunidad de vida.

En Oaxaca, por ejemplo, ya se atendieron a los adultos de 44 municipios, en las zonas cuicateca y mazateca. Para allá enviaron 31 mil dosis, en la primera etapa. En todo el país, se habían aplicado hasta el jueves, 1.3 millones de dosis, de las cuales cerca de medio millón corresponden a personas de la tercera edad. El antígeno proviene de dos farmacéuticas diferentes: Pfizer y Astra Zéneca-Oxford. Para este fin de semana se espera el arribo del primer cargamento de la Sputnik V.  Y así irán llegando en una intensa carrera contra el tiempo.

Sin embargo, ante la gran concurrencia en los puestos de vacunación, es menester que personas jóvenes auxilien a sus familiares para que, en el proceso de espera, no sufran las inclemencias del tiempo. Se aspira a inmunizar a 15 millones de más de 60 años.

Las noticias falsas, han dicho especialistas, son una perversa herramienta para esparcir un discurso de posverdad, cuyo concepto se refiere a darle más valor a las circunstancias que a los hechos mismos. Es el caso al que nos referimos, pues se pretenden construir, actitudes sociales y de opinión pública, contrarios a la bondadosa campaña sanitaria.

No permitamos que, quienes ven el incremento de víctimas como una derrota del gobierno, nos inoculen miedo y desaliento. La pandemia no ha acabado, está más viva que nunca. Por responsabilidad social no hay que bajar la guardia y seguir tomando todas las medidas sanitarias para eliminar contagios. Ya falta menos.

@ernestoreyes14

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