Por Patricia Briseño, corresponsal de Excelsior.
Oaxaca, Oax., 20 dic. 2020.- Con dos décadas de trabajo la empresa forestal de la comunidad de Ixtlán de Juárez, localizada en la Sierra Norte de Oaxaca, se propone cumplir con un sueño largamente anhelado, un mirador de cristal y hierro para que el visitante observe desde un punto de 2 mil 500 metros, el macizo de la Sierra Madre de México.
Este es un proyecto cuya inversión estimada en 1.8 millones de pesos, es resultado de las utilidades del aprovechamiento del bosque, una iniciativa civil que no involucra recursos financieros del gobierno Federal ni estatal.
“Ixtlán ha sido pionero de la actividad ecoturística comunitaria en Oaxaca, y el mirador, que se construye en el cerro Cuachirindoo, una estructura de 22.5 metros, le permitirá darle un valor agregado al servicio”, comentó Diego Pérez Sánchez, gerente de la agencia Ecoturixtlán.
Ixtlán de Juárez ha venido realizando sus aprovechamientos forestales desde hace más de 20 años, a través de su empresa, que ha sido una de las primeras en su tipo, a la par de otras comunidades también de la Sierra, al contar con un gerente, una dirección técnica forestal con profesionistas y técnicos comunitarios.
La superficie forestal es de 18 mil 500 hectáreas y posee diversos tipos de bosques como los de pino, pino-encino, bosques mesófilos, y selvas altas y medianas perennifolias.
El área bajo manejo forestal es de 9 mil 269 hectáreas y cuenta con la certificación forestal del FSC (Forest Stewardship Council ) por sus buenas prácticas a la hora de aprovechar el bosque, asimismo, la participación comunal frenó la migración.
Pérez Sánchez explicó que “Ecoturixtlán” es la empresa comunal de ecoturismo, surge de la diversificación productiva para ofrecer servicios de diversos tipos de recorridos con guías especializados.
“Las visitas guiadas incluyen el bosque mesófilo (templado) , esto debido a que este ecosistema está en vías de extinción, puesto que en el territorio nacional únicamente queda el uno por ciento (1%), pero en Ixtlán contamos con ese recurso”, expuso.
Por el interés del paseante en conocer la trascendencia de la organización comunitaria y los atractivos de la Sierra Norte, Ixtlán cuenta con una oficina y cabañas para recibir a turistas. Ofrece además servicios de alimentación y bicicletas de montaña. Adicionalmente, existe un museo comunitario relacionado con la biodiversidad de la región.
Esta experiencia le permitió a la comunidad animarse a invertir en la construcción del mirador de unos 38 metros en forma de herradura, tendrá similitudes con El Faro, en Mazatlán, Sinaloa; Barrancas del Cobre, en Chihuahua y Zacatlán de las Manzanas, en Puebla.
Durante la pandemia por covid-19, en el segundo semestre de 2020, comenzó la construcción de la estructura, la cual fue hecha en el lugar, pues debido a la longitud y peso del acero, era imposible hacerlo en un taller o transportarlo.
Antes la empresa constructora oaxaqueña, ganadora de la licitación nacional, realizó estudios preliminares de topografía y mecánica de suelos, debido a que la base de acero estará anclada sobre roca de origen volcánica y tendrá un desnivel de 200 metros.
El gerente de Ecoturixtlán espera que el mirador esté completamente concluido en el mes de diciembre, mientras que el acceso al público en general dependerá de las disposiciones federales y estatales ante la pandemia por covid-19 que tiene parado el flujo de visitantes.
Ixtlán es parte de los municipios serranos zapotecos que han catapultado el desarrollo regional forestal sustentable que ha permitido generar importantes logros en el buen manejo de los recursos naturales:
La empresa forestal de Ixtlán posee un aserradero, una estufa de secado y una fábrica de muebles, además de una gasolinera.
Esta empresa ha frenado la migración, además emplea a sus habitantes, y a otros de localidades vecinas.
Para las labores de aprovechamiento tiene equipo de extracción; camiones, grúas y maquinaria para el mantenimiento de caminos.
La comunidad cuenta con sus propios servicios técnicos forestales y tiene, además un vivero forestal e infraestructura y equipo para el combate de incendios forestales, como torres de observación, equipo de radiocomunicación y herramienta especializada.
Los recursos que provienen del bosque se invierten generalmente en obras de beneficio social: escuela, caminos, clínicas, alumbrado eléctrico, así como apoyos a los comuneros a través del establecimiento de un fideicomiso que brinda microcréditos.
Otra parte de las utilidades del bosque se reinvierte en acciones complementarias, como la empresa de ecoturismo, en la inversión de tecnología y maquinaria para la industrialización, entre otras.
De manera particular, pero siempre ligados a los intereses de la comunidad, existen un par de granjas trutricolas que ofrecen servicios de alimentación con base en la venta de truchas preparadas en diferentes formas. La comunidad cuenta, además, con otras empresas, como una gasolinera y una flota de transporte colectivo.
La población ha decido establecer un área comunal protegida de mil 345 hectáreas que protege bosques mesófilos bosques de coníferas y selvas altas perennifolias.
En el año 2000, la comunidad de Ixtlán fue galardonada con el Premio al Mérito Nacional Forestal, y dos años después se le entregó el premio “Regalo por la Tierra”, que reconoce la WWF.