ERNESTO REYES

Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia como un gobernante ocupado en resolver los urgentes problemas del país, pero también porque se empeña en contribuir al cambio de paradigmas en los que hemos transitado como sociedad, luego de una larga estadía en otro modelo económico y político.

Sabedor de que nuestra sociedad se ha ido degradando por ciertas normas de conducta y de valores sin sustentos éticos y morales, sabe que ya es tiempo de poner a discusión y a que, con la participación social, se vayan atenuando estos males y, por qué no, corrigiendo.

Las conductas derivadas de la pertenencia a un mundo global en esta etapa histórica del capitalismo salvaje, llevaron a México al deterioro de su imagen como Nación y a que se nos calificara, injustamente, como un país de gobernantes y ciudadanos corruptos. Fuente de ellos son los altos índices de criminalidad que padecemos.

Esta semana se presentó, por parte de la presidencia de la República, la Guía Ética para la Transformación de México, documento que engloba 20 principios y valores universales, cuya observación será voluntaria, pues no es ley ni norma jurídica, sino un listado sobre cómo podemos contribuir todos a la construcción de una convivencia pacífica, en un ambiente de libertad, paz, justicia, dignidad y seguridad.

Los principios, valores y preceptos que contiene la Guía, que antes pretendía llamarse Constitución Moral, como la Cartilla elaborada por Alfonso Reyes, es una propuesta concreta para la construcción de una vida y una sociedad mejores.

Estos lineamientos, surgieron de la experiencia práctica de un grupo de notables que se dieron a la tarea de recoger estos sentimientos, ordenarlos y darles sentido. No es un catecismo, ni cosa por el estilo. Son conceptos surgidos de las entrañas del pueblo y de planteamientos del propio presidente y quienes creen en que todavía es posible que México cambie, se regenere y transite en caminos fortalecidos por valores tan olvidados como la ética y la moral.

La Guía contiene conceptos como el respeto a la diferencia, a la vida, la defensa de la dignidad, la libertad, el amor al prójimo; la felicidad, el pasado y el futuro, de la gratitud, del perdón y la redención. Esto último se refiere a que no se debe enfrentar el mal con el mal.

Toca temas torales como: la igualdad, la verdad, la palabra y la confianza; la fraternidad, las leyes y la justicia. La autoridad y el poder de ejercerlo lo define así: “El poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”. En torno a los acuerdos, se nos advierte que los compromisos siempre se deben cumplir.

El trabajo es un valor que hay que disfrutarlo, se nos recomienda, más allá de la satisfacción económica. Igual la riqueza, que no es mala por sí misma, sino cuando es producto del pillaje, la transa, la corrupción y los arreglos para quitarle a otros. Se afirma, que no es más rico el que tiene más, sino el más generoso.

La familia es la principal institución de seguridad social que hay que cuidar, es la argamasa para la cohesión social y la producción de mejores ciudadanos y ciudadanas. El último punto, es el relacionado con los animales y las plantas. Estos seres vivos, así como el aire, el agua, la tierra y las cosas, deben ser producto del cuidado común, porque protegiendo el medio ambiente, nos protegemos todos.

Las ideas enumeradas, producto de análisis, reflexiones y consultas, se pretende sean consideradas como referentes para enfrentar la crisis de valores culturales, morales y espirituales que nos han llevado a un proceso de degradación de la vida pública. Esta decadencia no se resolverá con acciones de mejoramiento material, sino fortaleciendo valores espirituales y el bienestar del alma.

Como somos un pueblo religioso, no se dice pero se asume, que muchos de nuestros problemas pueden enfrentarse mediante la fe en que por más oscuridad que encontremos en el camino, siempre habrá una luz de esperanza para salir adelante. Muchos creían que nunca íbamos a tener un gobierno mejor y diferente, pero hace dos años, por nosotros, y nuestra voluntad política, llegó el cambio verdadero.

Gracias a Pedro Miguel, Enrique Galván Ochoa, Margarita Valdés, Verónica Velasco, José Agustín Ortiz Pinchetti y Jesús Ramírez, por su empeño y dedicación, en elaborar esta Guía, que llega a tiempo del cierre formal del primer tercio de ejercicio gubernamental, que aceita el eje de la Cuarta Transformación.

@ernestoreyes14

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