A un año del terremoto.
A todos mis hermanos Oaxaqueños.

A lo largo de la vida vivimos acontecimientos que nos alegran y nos entristecen. Muchos de estos los recordamos y en el recuerdo los revivimos.

Hoy tenemos en la memoria que hace un año de nuevo fuimos tocados por la naturaleza en uno de sus fenómenos imposibles de predecir: Un terremoto.
Nuestro estado de Oaxaca sufrió de nuevo el dolor y la tristeza de tantas familias que perdieron a un ser querido, familias que vieron venirse abajo el patrimonio que con tanto sacrificio y esfuerzo y esperanza habían construido.
Muchos, muchos de nuestros centros de Fe, nuestras casas de Dios se cayeron por el temblor del 7 de septiembre.

De nuevo el espíritu solidario se despertó en ese momento pero con preocupación y tristeza tenemos que decir que no nos alcanzó a educar para la solidaridad porque hoy algunos de nuestros hermanos necesitan de nuestra apoyo y acompañamieto y ya no tenemos mirada para ellos.
En esos momentos invocamos al todopoderoso para que nos cuidara y protegiera, y nos permitió seguir viviendo; pero este acontecimiento no logró acercarnos a Dios totalmente porque no hemos sido completamente solidarios con quienes aún necesitan.
Parece que solo buscamos a Dios en los grandes apuros y necesidades.
Nos falta estar más y más con Él para saber leer en los acontecimientos su mensaje que siempre será todo un bien para nosotros. Sería bueno ahora preguntarnos: ¿Qué experiencia hemos podido recoger en este año para ser mejores ciudadanos y cristianos?

Que Dios nos proteja y nos motive a vivir la comunión de hermanos en la fe proyectando en nuestra vida el interés por quienes nos necesitan.
Solo unidos y trabajando juntos nos levantaremos y saldremos adelante.

Con mi oración y bendición
+Mons Pedro Vázquez Villalobos
Arzobispo de Antequera Oaxaca.

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