Por Félix García

10 Agosto 2018. Terminó la celebración e inicia la cruda realidad, el Pueblo de México comienza a asimilar que la panacea que prometieron López Obrador y su séquito durante la campaña política a lo largo y ancho del país, fue solo una estrategia para ganar.

Si bien es cierto que aún no asumen físicamente las riendas de este país, ya comienzan a dibujar lo que será realmente su gobierno, y aunque sus aplaudidores digan que México no puede cambiar de la noche a la mañana y que seis años serán insuficientes para hacer realidad la transformación de este país, lo cierto es que AMLO ofreció cambiar este país, sin proyecto alguno y solo con sus discurso tan trillado de terminar con la corrupción.

La gente espera mucho y ojalá el pueblo de México no se arrepienta de su decisión electoral, como sucedió con el tristemente célebre Gabino Cué Monteagudo en Oaxaca., ahora resulta que AMLO ni bajará el precio de la gasolina como lo prometió, y por el momento su única bandera política es la reducción de los altos salarios de quienes ostentan máximos cargos como la de él como Presidente una vez que asuma el cargo, pero eso no será suficiente, ni tampoco se reflejará en el bolsillo de los mexicanos que es ahí donde desean ver la respuesta.

Incluso circula profusamente en las redes sociales una reflexión en la que le dicen al Sr. López Obrador que él no es el Presidente de millones de mexicanos dedicados al trabajo y a la producción, lo señalan que no tiene ni la capacidad ni la educación, menos cultura, ni integridad, presencia e inteligencia para ser Presidente.

Lo califican como un engaña resentidos, ignorantes e Ilusos y lo exhiben como un autoritario.

Si esa percepción existe sobre quien ostentará el cargo de Presidente de la República, entonces que clase de incentivo pueden tener quienes, crean, promueven y desarrollan actividades económicas y que mueven la economía de este país?.

El próximo Presidente no inyecta optimismo en primera porque no tiene ningún proyecto sólido de desarrollo para la nación y lo único que ha hecho es decir que todo va a cambiar porque nada de lo que existe sirve, pero se contradice cuando reconoce a las instituciones que durante 18 años ha estado descalificando en este país.

Ojalá nos equivoquemos de ésta percepción.

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