¡Qué bueno es Dios conmigo!, y por eso le doy gracias por todo el amor que manifiesta a mi persona a pesar de mi indignidad.
Porque Él lo quiso, me llamó al sacerdocio y en su momento quiso que participara de la plenitud del sacerdocio llamándome al episcopado.
Ahora en otro signo de su bondad me elige para que esté al frente de una Arquidiócesis.
Hoy en esta fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo me concede la gracia de recibir de manos del Papa Francisco el Palio Arzobispal.
En este Palio veo y siento el compromiso firme y serio de estar unido al Papa Francisco en todo momento y por ello trabajar por la unidad de toda la Iglesia. Esto me compromete a fomentar la fraternidad y comunión con mis hermanos Obispos de la Provincia de Oaxaca.
Doy gracias a Dios porque viví una experiencia de Iglesia universal, muy cercano al Papa Francisco, estrechar su mano de Pastor y sucesor de Pedro.
Mirar la colegialidad de la Iglesia en la persona de los Cardenales hombres de Dios, cercanos al Papa.
Presencia de Obispos de todo el mundo en torno a quien fue puesto para apacentar y cuidar del rebaño.
Presencia de Sacerdotes y Diáconos fieles colaboradores de los obispos.
Presencia de miles de fieles que vienen de todas partes del mundo al corazón de la cristiandad.
Entre todos ellos hay presencia de jefes de estado y de gobierno en este estado Vaticano porque hoy es el día del Jefe de Estado que es el Papa Francisco.
Ante la tumba del Apóstol Pedro elevé mi oración por mi Arquidiócesis de Antequera Oaxaca y por todas las diócesis y Prelaturas que conforman la Provincia de Oaxaca.